La operación militar contra los islamistas en el territorio tuareg el norte de Mali, y que el Consejo de Seguridad de la ONU autorizó ayer, parece abocada al fracaso, ante la falta de medios y un enemigo imperceptible, según los expertos. El Consejo de Seguridad autorizó el desplazamiento de soldados africanos para ayudar a las autoridades a recuperar el control del norte del país

La resolución impulsada por el Estado francés autoriza el envío de una fuerza militar conjunta africana (AFISMA) y fue aprobada por unanimidad de los quince miembros del Consejo, en presencia del ministro de Asuntos Exteriores de Mali, Tieman Coulibaly. La fuerza militar se desplegará por un periodo inicial de un año con el mandato de entrenar al Ejército maliense y apoyar al Gobierno de Bamako.

Pero frente a los grupos bien adaptados al terreno, que tendrán tiempo de sobra para prepararse, las fuerzas de intervención podrían alargar el conflic- to. «Es probable que rehuyan el combate frontal, en el que no tendrían ninguna oportunidad. Si la fuerza que se les opone es creíble van a dejar las ciudades e intentar llegar a sus santuarios en los macizos montañosos próximos a la frontera argelina y expulsarlos de allí será harina de otro costal», reconoce un oficial francés conocedor del tema bajo anonimato.

También sin revelar su identidad un exjefe de los servicios de inteligencia señala que «las perspectivas no son brillantes. Estamos contra la pared. No se puede hacer nada y si se hace será totalmente insuficiente. Esta partida va a durar mucho». Pese al visto bueno de la ONU a una fuerza de 3.300 hombres bajo mando de la Unión Africana y la Comunidad de Estados de África Occidental (Cedeao), no podría estar operativa antes de setiembre de 2013, según el enviado de la ONU para el Sahel, Romano Prodi.

El exjefe de Inteligencia asegura que para garantizar el éxito «habría que desplazar tropas occidentales junto a las africanas, cerrar las fronteras y barrer el terreno». «No hacen falta 3.000 hombres sino cien veces más. Estamos lejos de eso. Tome como referencia a Afganistán y lo entenderá», explica.

«Vamos a dar un golpe en el vacío. El adversario no estará donde lo esperamos. Se van a refugiar en las montañas y atacarán más tarde», añadió. Plantea atacar con aviación a estos grupos en su repliegue, pero «el problema es que, por ahora, no tenemos los medios áereos».