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Donostia 2016 empieza a levantar la nao San Juan y Olatu Talka 4

Todos los años son importantes, pero algunos pueden resultar cruciales. Ese parece, a priori, el caso de la oficina que gestiona la capitalidad cultural europea en Donostia, que de aquí a primavera verá fijada definitivamente su estructura organizativa, con cambio de sede incluido, mientras afronta un 2013 con dos citas centrales engarzadas en el Bicentenario de 1813, una de ellas la cuarta Olatu Talka. Mientras, se construye ya la nao San Juan en Pasaia.
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Amaia EREÑAGA | DONOSTIA

A tres años vista del día D, aunque tal vez sería más correcto hablar del año D, la Oficina 2016 tiene por delante un año importante, principalmente en todo lo concerniente con la estructura interna. En lo que se podría definir como la etapa de consolidación, han iniciado el 2013 con el proceso público de selección abierto para fijar el equipo definitivo que, a partir de ahora y una vez pasada la fase inicial, pondrá en marcha el proyecto de la capitalidad. La dirección no varía y seguirá sustentada en los dos directores -el de proyectos, Igor Otxoa; el artístico, Fernando Bernues- con Eva Salaberria como coordinadora general, mientras que Santi Eraso y el escritor y bertsolari Jon Maia ejercerán de asesores del equipo.

El cambio de sede al antiguo edificio de Bomberos de la calle Easo, donde ganarán espacio y presencia pública -las actuales oficinas de Palacio Goikoa tienen un cierto aire de provisionalidad y de habérseles quedado pequeñas- también supondrá un cambio significativo. Espacio tendrán, ya que contarán además con la planta baja, donde se podrán hacer talleres y todo tipo de actividades abiertas a la ciudadanía y a los colectivos sociales, porque lo que se busca es socializar la capitalidad donostiarra. Será una especie de plaza pública, al estilo de la reciente experiencia protagonizada por Zumeta; «los pulmones o el corazón del proyecto», en plabras de Igor Otxoa.

Instituciones y barcos

Preguntado sobre fechas, ayer Otxoa no podía evitar sonreir y solo se atrevía a avanzar un «antes de la primavera». Los ritmos de las distintas instituciones que forman el Patronato de la Fundación Donostia 2016 -Ayuntamiento de Donostia, Diputación de Gipuzkoa y el Gobierno de Lakua, este último, por ejemplo, a falta de presentar sus presupuestos después de su constitución- marcan estas etapas. Falta también por saber la implicación del Ministerio de Cultura.

Mientras, siguen los trabajos de planificación que, cara al 2013, tienen varios flancos. Uno de ellos es la construcción de uno de los «mensajeros» más vistosos de la capitalidad donostiarra: la nao San Juan, una réplica de una nave ballenera hundida en las aguas del Labrador en 1565 y hallada por arqueólogos en 1978, que se construye en el astillero tradicional Ontziola, en Pasaia, para la que se está comenzando a recoger y cortar ya la madera. El hecho de que esta embajada itinerante de Euskal Herria -la nave viajará por toda Europa- se construya en Pasaia, la «espalda de Donostia», como apuntaba Otxoa, supone también que no tienen «la mirada fijada en la Concha» sino en las otras realidades de Donostialdea. La dinámica que surgirá en torno a la construcción de esta réplica servirá también como marco para el análisis de la regeneración de una zona degradada como la bahía.

Rompeolas y Bicentenario

En primavera también, concretamente entre el 24 y 26 de mayo, llegará la cuarta edición de Olatu Talka/Rompeolas, el festival amateur que de año en año va creciendo y consiguiendo mayor implicación de la ciudad; un dato, el pasado año movilizó a 2.500 participantes de diferentes colectivos, con 214 actividades que se extendieron a diferentes puntos de nuestra geografía, desde Lapurdi hasta Araba. Un festival que, junto con todas las actividades preparadas en junio en torno a la inauguración de la exposición «Tratado de Paz 2013-2016», será uno de los platos fuertes de la programación con la que Donostia recordará este año el bicentenario de su quema y reconstrucción.

Crear de nuevo, repensar la ciudad en este momento trascendental de nuestra historia reciente, es uno de los desafíos que plantea el equipo de la capitalidad. A modo de dinamizador cultural -remarcan que la «materia prima de este camino es la cultura»-, se proponen dar pie movimientos que vayan más allá de la propia frontera del 2016 y que las transformaciones que se generen queden como legado. «Las fórmulas viejas no sirven y hay que repensarlas», en palabras director de proyectos de la Oficina 2016. Acompañado por el responsable de la unidad de música de Donostia Kultura, Miguel Martín, y la encargada del apartado de fiestas del organismo, Mariaje Torres, Otxoa presentó ayer la cuarta edición de Olatu Talka, un festival que sirve de encuentro entre colectivos para que trabajen juntos... y cuya influencia buscar llegar y llega más allá de las propias fechas en las que se celebra.

Entre las novedades de esta edición, se buscará una colaboración entre agentes profesionales y amateurs. Como explicó Martín, Donostia Kultura trabajará en propuestas que aúnen la participación entre agentes de la cultura «con cierta experiencia» y los aficionados. Por ejemplo, se plantean involucrar a un compositor y a un músico para aglutinar en torno a ellos a un grupo amplio de instrumentistas y sacar el proyecto a la calle.

El plazo para presentar los proyectos, por cierto, se abrió ayer, terminando el 15 de febrero. Todos aquellos que deseen dar a conocer su propuesta pueden hacerlo a través de la web www.olatutalka.eu, tras lo cual se comenzará con el borrador del programa, del que habrá versión definitiva a finales de marzo.

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