Casi con los justos. Así va a tener que afrontar Osasuna una semana -de sábado a sábado- cargada de compromisos y con el objetivo de intentar volver a la senda de la regularidad después del fiasco prenavideño que supuso la derrota inesperada frente al Granada. La escuadra navarra debe ponerse las pilas y rápido si quiere volver a ilusionar a una afición, cuya moral sube y baja como el rendimiento del propio equipo.

Y su primera ocasión para volver a reconciliarse con la grada llega en un campo siempre complicado para los intereses rojillos, donde se han vivido momentos tristes y episodios de tensión, afortunadamente ya lejanos en el tiempo. Lo cierto es que una buena carga de tensión, pero bienentendida, van a necesitar los pupilos de Mendilibar ante un rival que va a salir a por todas desde el primer momento, acuciado por una situación clasificatoria que considera no es la suya.

Del rendimiento que ofrezcan los rojillos en ese primer tramo del choque van a depender en gran medida sus opciones de traerse algo positivo del Sánchez Pizjuán. No es el que el Sevilla haya sido precisamente un dechado de virtudes en su estadio -ha perdido tres partidos y empatado uno de los ocho que ha disputado-, pero contará con todos sus pesos pesados, como advirtió Mendilibar.

Once guerrero

Bien diferente a lo que ocurre en el seno osasunista, diezmado por los contratiempos físicos, pero que se agarra a la notable trayectoria foránea que acumula tras haber visitado Cornellà, Anoeta y el Alfonso Pérez, tres feudos de los que consiguió salir puntuando, e incluso mereciendo más en el caso del último. Sin embargo, ese bagaje de nada servirá si el equipo no exhibe las armas que propiciaron tales resultados: mordiente, presión y eficacia.

Lo más lógico es que, coherente con esa línea, el técnico zaldibartarra plantee un once guerrero, a la espera de que no se dejen notar en demasía las ausencias de los titulares Arribas y Raoul Loé. Rubén es el candidato principal a sustituir al madrileño, mientras que Oier apunta a formar tándem con Puñal, en un doble pivote trabajador para anular la línea de creación hispalense. La duda puede estar en los laterales, donde Marc Bertrán, Damià y Nano se juegan los dos puestos, con más opciones para los primeros.