CRíTICA clásica
Un vistoso Cuento de Navidad
Koldo LANDALUZE
Es muy común que los espectáculos de música clásica y ópera infantiles necesiten valerse de triquiñuelas para mantener la atención de los pequeños. Siempre suele haber en ellos algún actor, humorista o payaso, gags chistosos, golpes, persecuciones... que sin tener nada que ver con la música en sí misma consiguen devolver la atención de los niños a lo que está ocurriendo sobre el escenario. Por eso, lo mejor que se puede decir del “Cuento de Navidad” que ha producido la ABAO junto con la Ópera de Cámara de Nafarroa es que no le hizo falta valerse de ese tipo de estrategias. El espectáculo, que tiene más de musical que de ópera, está tan bien planificado y dosificado, es tan divertido y vistoso que no necesitó de extras para meterse al joven público en el bolsillo. Pablo Valdés ha conseguido resumir en un libreto de una hora lo esencial del célebre relato de Dickens, sin perder por el camino el mensaje ideológico, que con la que está cayendo parece más actual que nunca. E Iñigo Casalí ha creado sobre ese guión una música vibrante y lucida, muy cercana al espíritu hollywoodiense -la obertura la podría firmar mañana mismo Danny Elfman-. El resultado es un espectáculo músico-teatral que funciona como una máquina bien engrasada, con sus coreografías, números corales, momentos tiernos y asomos de terror (muy light, no se preocupen si piensan llevar a sus hijos) en una sucesión que se pasa en un abrir y cerrar de ojos. Además los medios escénicos y el nivel vocal están por encima de lo que suele ser habitual en producciones infantiles, con voces tan competentes como las de Francisca Beaumont, Alfonso García-Noain o Iñaki Fresán, y un coro de niños y adolescentes que actuó y bailó con entusiasmo.