Ahora que la situación en Nafarroa está adquiriendo tintes de esperpento, y cuando el cambio podría estar cerca, a algunos les entra el canguelo. Como a Pascual Tamburri, para quien «los elementos del drama son muchos y su combinación angustiosa». Vamos, que no lo está pasando bien. En su columna en «ElSemanaldigital», el profesor lamenta que «Navarra ya no es una región que pueda presumir de un excepcional bienestar y una gestión brillante que justifiquen sin más el uso que los políticos hacen de la foralidad». ¿Y por qué ha ocurrido esto? Tamburri pasa la factura: «Los líderes de UPN de todos los niveles y también sus estrategas e ideólogos son ahora a todos los efectos profesionales de la política ajenos al patriotismo de la Transición. Viven del poder y temen perder el poder; en consecuencia durante muchas legislaturas, UPN ha apelado antes de las elecciones a `¡que vienen los vascos!', y después ha gobernado con más o menos apoyo de los socialistas, compartiendo con éstos (sic) las prebendas del régimen y, lo que es peor, renunciando a las políticas más queridas por su electorado genuino y aplicando las de la izquierda o similares... abertzales también». ¡Buf! Si le parece que UPN ha aplicado políticas de izquierda y abertzales, una se hace una idea de cuál es su ideología. ¿Y qué pasará en el futuro? Él lo tiene claro: «Tras unas elecciones, dada la situación de PP y PSOE, casi cualquier cosa (peor) es de temer». Vamos, que pintan bastos para la derechona.

Para que todas esas calamidades no ocurran, Tamburri tiene depositadas sus esperanzas en un partido, seguro que adivinan cuál: efectivamente, el PP. Aunque tiene una pega: «Navarra es el lugar donde el PP es más débil, tanto en números absolutos como en fuerza relativa». Vamos, que no le vota casi nadie. Por eso cree que tienen que buscar votos. Vean cómo hace campaña: «Hay votantes y militantes potenciales para el PP. ¿Dónde? En los decepcionados con la UPN entregada al socialismo, sus políticas y sus corrupciones, en los que llevan décadas esperando valores llevados a las políticas (más allá de las habituales concesiones a los habituales grupos de presión), en los que quieren más España y más coraje y quizá ya ni votan. Pero hay que irlos a buscar....». Pues ya puede ir mirando bajo de las piedras, aunque servidora diría que ni así le dan los números...