La Policía de Sudáfrica disparó ayer balas de goma para dispersar a cientos de trabajadores de las granjas en huelga en la provincia Cabo Oeste, en el suroeste del país, donde se produjeron violentos enfrentamientos que se saldaron con más de medio centenar de detenidos. Este nuevo brote de violencia se produce tres meses después de la crisis minera que marcó gravemente la economía sudafricana.

La huelga, considerada ilegal por no respetar las reglas impuestas por el derecho laboral sudafricano, comenzó en noviembre. Los trabajadores agrícolas piden un aumento de un salario diario de 6 a 13 euros (70 a 150 rands).

La región de El Cabo occidental es productora de vino, frutas y verduras cuyo principal destino es la exportación.

Los incidentes más graves tuvieron lugar ayer por la mañana en los alrededores de la localidad de De Doorns, conocida por la calidad de sus uvas de mesa. Más de 3.000 huelguistas se concentraron en la principal vía rápida en las afueras de la ciudad. La policía se posicionó frente a ellos para prohibirles el ingreso al centro de la ciudad.

Los manifestantes lanzaron piedras contra la policía, que respondió con disparos de balas de goma y gases lacrimógenos.