Tabak se la volvió a jugar a defender con empate a 83 en el luminoso, después de un partido muy irregular que los suyos «arreglaron» tras levantar un 81-76 en contra. La jugada del Manresa salió perfecta, y DeVries pudo lanzar un triple sin que su par, Nemanja Bjelica, pudiera llegar a puntear su tiro. Mala idea, teniendo en cuenta que el jugador de Mount Vernon firmó un 5 de 8 desde más allá de los 6,75 metros.

Pero por fortuna, el tiro del manresano no entró, y tras el parón del final del cuarto período, el Baskonia dio el golpe definitivo con un parcial de 0-11 nada más empezar el tiempo extra, consumando la decimoquinta victoria consecutiva de las huestes de Zan Tabak. Pero ojo, que el día menos pensado el santo dejará de estar de cara.

Poca dureza

Hablar de poca dureza en un partido con 53 personales puede parecer una pose, pero no lo es. Los de Tabak volvieron a imponerse en el rebote, capturando hasta 16 rechaces en ataque, y gracias a eso, y a su 25 de 29 en tiros libres, lograron imponerse a un Manresa muy correoso.

Sin embargo, los gasteiztarras abusaron del triple. Los bases, salvo Cook en la prórroga, no dieron una, y la defensa careció de contundencia. Las individualidades de Nemanja Bjelica, San Emeterio, Lampe y Oleson -ojo, se rumorea la llegada de Jelinek y la salida del alaskeño al Barça- mantenían a los de Tabak.

Los del Bagés, pese a ir por debajo durante 30 minutos, nunca se rindieron, y en los últimos minutos cerca estuvieron de ganar. Les faltó suerte y que el físico no los abandonase en los minutos de propina. Cuidado.