París bombardea las bases islamistas ante una fuerza mayor de la esperada
La aviación francesa se empleó ayer a fondo en su intervención en Mali, utilizando aviones Rafale no ya las para parar el avance de los islamistas hacia el sur, sino bombardeando las bases en el territorio tuareg de Azawad. París reconoció ayer que se han encontrado una fuerza mejor armada que lo que esperaban. El Gobierno francés también admitió el fracaso de la operación de rescate en Somalia.
GARA | BAMAKO
El Ejército francés bombardeó ayer por primera vez las posiciones islamistas en Azawad, el territorio tuareg al norte de Mali. «Hemos parado a los terroristas. Lo que comienza ahora es destruir sus bases en la retaguardia», declaró el Ministro francés de Asuntos Exteriores, Laurent Fabius, quien estimó que la intervención francesa «es cuestión de semanas».
Si hace unas semanas París rehusaba tanto una intervención directa como ir más allá del territorio que actualmente controla Bamako, ahora ya bombardea con lo mejor de su aviación, -cuatro aviones de combate Rafale, un ultramoderno bombardero, así como cazabombarderos Mirage y reavitualladores C135- y no se trata ya de frenar el avance islamista.
Los bombardeos llegan a Gao y Kidal, dos de las regiones tuareg que controlan los islamistas de Ansar Dine, junto a Aqmi (Al Qaeda en el Magreb Islámico) y Mujao, tras expulsar a los independentistas del MNLA.
«Hay ataques permanentemente; en este momento; los ha habido esta noche y los habrá mañana», afirmó el ministro de Defensa, Jean-Yves Le Drian.
Además de la aviación, participan fuerzas especiales sobre el terreno que ayudan a los aviones a localizar sus objetivos. El Ejército utiliza también los satélites de observación Helios y Pléyades 1B.
Mejor armados de lo previsto
La segunda jornada de ataques se llevó a cabo tras el traspiés del comienzo de la intervención. Tanto en Mali como en el intento de rescate de un secuestrado en Somalia, el Ejército francés fue sorprendido por un enemigo mejor armado de lo previsto, según reconocieron las autoridades galas ayer en un consejo de Defensa.
En menos de 48 horas, el Ejército francés perdió un piloto de helicóptero en Mali, dos soldados en Somalia y el secuestrado al que querían rescatar.
En Mali, frente a los «soldados a bordo de Toyota con algunas armas» que esperaban, se vieron sorprendidos por «combatientes bien entrenados y dotados de material moderno, sofisticado, mucho más robusto y eficaz de lo que podíamos imaginar», confesó una fuente del entorno del presidente francés, François Hollande.
Además el Ministerio de Defensa reconoció el fracaso de la operación en Somalia. Le Drian reconoció que la resistencia de los yihadistas de Al Shebab fue «más fuerte que la prevista» por el comando que desembarcó en Somalia para intentar liberar a un agente de los servicios secretos de la DGSE secuestrado hace tres años. Cuando llegaron al lugar donde localizaron al secuestrado, los milicianos de Al Shabab ya los esperaban. «Están locos. Su misión era imposible y fue muy poco profesional», afirmó un empleado de una agencia humanitaria local.
Apoyo logístico europeo
En Mali, la precipitación en la intervención, según París, se debe al convencimiento de que Bamako habría caído en cuestión de días tras la ofensiva sorpresa emprendida el jueves contra Konna por los grupos salafistas.
El Ejército francés cuenta de momento con varios centenares de soldados y está previsto que esta semana lleguen refuerzos de Senegal, Níger, Nigeria, Benín, Burkina Faso, Togo y probablemente Chad. Además, el ministro francés de Asuntos Exteriores, Laurent Fabius, aseguró que aunque el Estado francés está «en la primera línea de fuego», está recibiendo apoyo logístico de varios países europeos y de Estados Unidos.
Aviones británicos dan apoyo logístico para transportar tropas y equipamiento militar, y también reciben ayuda de «de nuestros amigos daneses, y de EEUU en lo que respecta al transporte y a las telecomunicaciones», explicó Fabius.
Añadió que Argelia ha autorizado a las fuerzas francesas el pleno uso de su espacio aéreo y está lista para sellar su frontera si el conflicto de desplaza hacia el norte.
El Estado francés se encuentra en estado de máxima vigilancia por temor a represalias por las operaciones militares en Mali y Somalia. El ministro de Defensa francés, Jean-Yves Le Drian, afirmó que los servicios de inteligencia vigilan especialmente un pequeño número de «yihadistas, que están tentados por la aventura». «No son muchos pero existen y es necesario controlarlos» añadió. Según el ministro, «la amenaza terrorista es permanente hace tiempo». «Esto es parte de las nuevas amenazas que enfrentamos y a las que probablemente nos enfrentaremos durante mucho tiempo. Lo que significa que debemos evitarlas».
El pasado sábado, los islamistas somalíes de Al Shabab amenazaron con represalias tras la fracasada operación de rescate de un rehén, que dejó 20 muertos. «En última instancia, será inevitablemente los ciudadanos franceses los que probarán las amargas consecuencias de la actitud inconsistente de su gobierno hacia los rehenes», advirtieron.
El presidente francés, François Hollande, ha ordenado el fortalecimiento de las medidas de seguridad conocidas como «Vigipirate». La seguridad se ha reforzado en las estaciones de tren principales y aeropuertos, así como en los establecimientos públicos.
El dispositivo «Vigipirate» en nivel «rojo» desde los atentados de Londres en 2005, ha pasado a «rojo reforzado», que incluye controles aleatorios en el acceso trenes, patrullas en los trenes de alta velocidad, la restricción o la prohibición de los grandes porciones del espacio aéreo y el almacenamiento de agua potable . GARA
La población somalí de Bulomarer lloraba ayer la muerte de ocho víctimas civiles tras la fallida operación francesa. Cuatro murieron en el avance de los soldados sobre el terreno: una pareja, su hijo y otro hombre; y otros cuatro por balas perdidas en los 45 minutos de combates: una mujer, su hijo y el guardia de un mercado.
