Óscar de Marcos, sin ducharse y en chancletas, salió tras el entrenamiento matutino a saludar, rubricar una camiseta y fotografiarse con unos conocidos. Minutos más tarde compareció en sala de prensa y sus primeras palabras fueron para decir que «preocupación no hay», pero sí 21 puntos que se antojan escasos y sí, subrayó, toda una segunda vuelta por delante. «Toca mejorar y mirar arriba», reiteró su invitación el de Guardia.

La realidad es que en el entorno rojiblanco, no solo entre aficionados sino también alguna prensa, se ha empezado a instalar la desazón de que al equipo solo solo le queda como objetivo salvarse del descenso. Incluso al propio centrocampista se le recordó que si bien hay equipos que están peor o que tienen peor plantel que los leones, también el Villarreal estaba así y terminó bajando.

Un sensato De Marcos lamentó que «la mentalidad de todo el mundo es muy negativa», cuando a su juicio «tanto jugadores como entorno deberían ser más positivos. También a nosotros nos da bajón después de perder, pero es que queda una vuelta entera por delante».

En esa misma línea, por enésima vez un jugador tuvo que confirmar que sí, que el vestuario está con el entrenador y sus métodos de trabajo. «No creo que haya nadie en este vestuario que no crea en ello y por eso seguimos haciendo el fútbol que se ve en el campo, salga mejor o peor, pero siempre con la misma esencia», zanjó.

El futbolista alavés se mostró tajante a la hora de defender la unidad de la plantilla para salir de este bache. «Hablamos muchas veces entre nosotros, no solo cuando las cosas van mal sino también cuando han ido bien. Nos vamos a comer muchos, muchos días de la semana. Si no es con uno, es con otro. Y esto al final es lo que hace grande a este equipo. La piña que hay creo que es lo más importante para sacar esto adelante», se mostró convencido.

El jugador tiene claro que por nada quieren sufrir lo que resta de campaña en la parte baja de la tabla, reconociendo que los más veteranos del vestuario ya les han avisado de lo nada recomendable que es flirtear con el descenso, como en el `bienio negro' entre 2005 y 2007. «Fueron momentos difíciles. Hay gente en el vestuario que lo ha vivido y nos lo ha contado y no nos queremos meter en esa dinámica», reconoció.

¿Cómo salir? Tampoco él tiene la varita mágica y su solución es la de todos, «como siempre, seguir trabajando, ir poco a poco, partido a partido, pensar en positivo, estar todos juntos y mirar para adelante». Y es que, como asumió, «el año pasado nos salía todo bien; este año, aunque igual no ganamos algunos partidos porque no nos lo hemos merecido, hay otros en los que la suerte no ha estado de nuestro lado. Físicamente estamos bien, pero las cosas no salen».

Mejorando en sus remates

De Marcos será seguro de la partida el lunes en el Villamarín ante el Betis, un equipo al que dice tener mucho respeto y un campo donde el Athletic nunca lo tiene fácil. Si lo hará de lateral o en la medular, no lo sabe. «Contra el Levante sufrí y jugué mal; contra el Rayo me sentí mejor», valoró sus dos últimas presencias en el carril izquierdo.

Marcelo Bielsa no ha dado aun pistas. Pero si el argentino pregunta al de Guardia, este tiene claro que prefiere jugar de centrocampista, donde se siente «más cómodo» y donde «está cerca del gol, que me gusta mucho». Y aunque anotar no sea lo suyo, a estas alturas ya suma 38 disparos a gol, por 49 en toda la temporada pasada, aunque mejorando en su tino: lleva ya 16 chuts entre los tres palos, uno más que en todo el curso anterior. Suma también tres goles -precisamente uno de ellos ante los béticos en la primera jornada-, uno menos que en todo el curso precedente.

Le gusta el gol a De Marcos, como también jugar lo máximo posible. No está siendo de los más destacados, alternando mejores y peores actuaciones, pero lo que no mienten son los números: la temporada pasada, en la primera vuelta jugó 1.514 minutos, el tercero que más participó; en la actual, ha sumado un total de 1.565 minutos, el segundo más utilizado por Bielsa tras el portero Iraizoz.