Los inversores siguen recogiendo beneficios de los valores con mejor comportamiento en el año. De ese modo, las ventas están pudiendo con las ganas de explotar el buen momento de la deuda pública -pese a repuntes puntuales de la prima de riesgo-, los notables resultados empresariales publicados en EEUU -ayer, Goldman Sachs y JP Morgan- y la esperanza de recuperación de la economía del Estado español, defendida por el gobierno. En esta línea, muchas casas de análisis y de inversión han puesto sus ojos en el Ibex como fuente de rentabilidad en este ejercicio. No obstante, los nubarrones, todavía fuertes y numerosos, volvieron a aparecer. Según el Banco Mundial, la eurozona sufrirá una caída del 0,1% en 2013, cuando en junio apostaba por una subida del 0,7%. Para el Estado español, la desilusión vino de la negativa de Berlín a adoptar programas de estímulo económico y a aflojar el cinturón de la austeridad que ahoga la actividad. El Ibex se paró en los 8.581,10 puntos, tras ceder un 0,23%. El resto de Europa, que también abrió a la baja, logró dar la vuelta a la situación, aunque Londres (-0,22%) no pudo completarla. Por su lado, París se anotó un 0,30%, y Fráncfort, un 0,20%. En el Ibex, se hizo caja otra vez con Bankinter (-3,10%), tras el rutilante comienzo del año. Las bajadas de Acciona (-4,07%) y Popular (-3,64%) fueron todavía más pronunciadas. BBVA (+1,03%) y Santander (+0,03%) limitaron el desgaste del selectivo. En París, Société Générale (-2,84%) y Credit Agricole (-2,19%) sufrieron la toma de plusvalías. Gemalto (+4,14%), por el contrario, lideró los ascensos.