Una forma de «arreglar» un poco la cantidad de partidos sin historia que se celebran en esta primera fase del Mundial -de los 27 disputados hasta ayer entre selecciones europeas y otras del resto del mundo ha habido 24 victorias europeas y tres de otros continentes: dos de Túnez, ante Alemania y Montenegro, y una de Argentina contra Montenegro- es concentrar la mayoría en las primeras jornadas, de forma que en las dos últimas haya más partidos decisivos entre rivales europeos jugándose su puesto en la clasificación: 8 en las tres primeras jornadas, y 10 en las dos últimas.

En el Grupo A Brasil aprovechó el desgaste de Túnez -y la lesión que ha obligado a sustituir a su goleador Bannour- para superarle con solvencia (27-22, 13-11 al descanso), con una buena defensa, el gran partido de Cardoso, y los goles de sus zurdos Cándido y Pacheco, y el extremo de Ademar León Borges. Con este resultado, y la derrota posterior de Montenegro, la selección que dirige Jordi Ribera ya se ha asegurado el pase a octavos de final. La última plaza se decidirá mañana en el Argentina-Túnez.

Alemania acabó con las últimas opciones montenegrinas tras lograr un parcial de 7-0 en los primeros minutos de la segunda mitad, llevando el marcador del 14-14 al 21-14, y Montenegro ya no pudo remontar. Para cerrar la jornada, Francia pasó por encima a Argentina (23-35, 6-19 al descanso), que en la primera parte estaba con la cabeza más en la «final» de mañana ante Túnez. En la segunda mejoró, e incluso Pablo Simonet fue distinguido como MVP del partido.

En el Grupo B Rusia y Macedonia firmaban el segundo empate del campeonato, tras un partido controlado por los rusos (14-20 en el minuto 36) que los macedonios no dieron por perdido, remontando poco a poco gracias a los goles de Lazarov (10), Stoilov (5) y Manaskov (4).

Dinamarca cerró el día con una victoria más cómoda de lo previsto a priori ante Islandia, haciendo valer su excelente porcentaje rematador (70%, 36 de 51), mientras Islandia se quedaba en un 54%. Hansen y los extremos Lindberg y Eggert marcaron 7 goles cada uno, mientras el pivote Kristjansson (8) era el mejor anotador islandés.