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Crónica | Democracia económica

«Al neoliberalismo se le combate con la praxis»

Hay espacios para la economía alternativa y solidaria. En Bilbo se debatió, de la mano de REAS Euskadi y de la Universidad de Deusto, sobre la democracia económica. se vio la necesidad de romper con el gran circulo de poder que nos atenaza, el neoliberalismo, para mejorar nuestra vida.

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Juanjo BASTERRA

La Red de Economía Alternativa y Solidaria (REAS Euskadi) organizó un debate sobre las alternativas al capitalismo. Tomó como excusa el libro publicado por Icaria hace ya un tiempo, «Democracia Económica. Hacia una alternativa al capitalismo». Uno de sus autores, el profesor de Filosofía de Esade, Antoni Comín i Oliveres, participó en el encuentro. Igual que en el libro, aparecieron diferentes maneras de desarrollar procesos económicos de una forma más amable y eficaz frente al capitalismo más feroz que en estos últimos años ha recobrado un protagonismo especial entre nosotros para desgarrarnos en nuestro interior, pero también en la forma práctica. Porque, en realidad, estamos viendo que a la vez que se agranda la desigualdad social, se disparan los índices de pobreza, se alcanzan niveles de paro desconocidos en las dos últimas décadas y los beneficios económicos empresariales son muy elevados. Unos pocos tienen mucho y, por el contrario, muchos tienen muy poco.

Entre los ejemplos que aparecen en el libro y que formaron parte del debate -«como embriones del sistema alternativo», puntualizó Javier Vitoria, del Centro Cristianisme i Justicie e introductor del debate- se encuentran la banca ética, como explicó Peru Sasia, director del proyecto Fiare, o las apelaciones continuas al cooperativismo como un sistema más «democrático» de desarrollar la actividad económica. Según Comín i Oliveres, es una referencia alternativa de primer orden en Estados Unidos. Carlos Askunze citó una iniciativa que REAS está poniendo en marcha como es el «mercado social», que se resume en generar una cadena de producción, comercialización y consumo en la que esté toda la oferta de servicios de la economía solidaria en sentido amplio.

Comín i Oliveres, que también fue diputado socialista catalán hasta el 2010, defendió la idea del «socialismo de mercado» porque «una economía sin mercado es una economía sin futuro». A su juicio, la clave se encuentra en «cómo conseguir crear economía de mercado pero sin capitalismo. Es decir, sería la economía social, la primera oportunidad de desarrollo». Antoni Comín i Oliveres atribuyó a la sociedad civil organizada la responsabilidad de provocar «la transformación», y añadió que «sin suprimir el mercado, debemos cambiarlo desde dentro a modo de infiltración».

Atrapados por Morfeo

La realidad demuestra, sin embargo, que para terminar con el «capitalismo que mata», como lo calificó Carlos Askunze, no se puede hacer desde dentro, porque sus raíces son muy profundas. Está demostrando en la práctica de la socialdemocracia europea que lo único que ha conseguido es que sus líderes hayan abrazado el ideal capitalista en todos sus extremos y han quedado prendados del sueño de Morfeo que les ha convertido en simples marionetas del neoliberalismo.

Lo que está ocurriendo en esta crisis económica es un ejemplo más, porque todos hemos podido comprobar que, una vez que dejan su hueco en la política o en los gobiernos, pasan a formar parte activa de los consejos de administración de grandes empresas multinacionales. Por lo tanto, desde dentro, nada o nada.

Por su parte, Peru Sasia advirtió de que iba a utilizar un tono de provocación. Así fue. Sentenció que «no hay alternativa al capitalismo» porque «no hay suficiente academia productiva; ni motivación entre quienes deberían gobernar el cambio; y, porque debería ser pilotado a nivel global».

Sin embargo, tras esa incisión en el corazón de muchos de los asistentes, la mayoría de ellos con sus ideas anticapitalistas, reconoció que el proyecto de banca ética Fiare también surgió antes de la crisis para ir sembrando otras maneras de hacer, de actuar y de desarrollar el mundo de las finanzas. «Seguimos en ello, porque creemos que esa manera cooperativa de actuar nos identifica».

Cristina de la Cruz, del Centro de Ética Aplicada de la Universidad de Deusto, invitó a lograr «procesos participativos, de autogestión y de descentralización», porque «no podemos ser condescendientes con el sistema. Hay que enfatizar el enfoque anticapitalista. Al neoliberalismo no se le combate con ideología, sino con la praxis».

Entretanto, Askunze remarcó que «sí hay alternativas al capitalismo» y llamó a construir, teniendo «en cuenta primero a las personas», y a que «en el centro de la democracia se sitúe la actividad política frente al poder económico, que la controla en este momento». Entre otras ideas, apuntó que «hay que cultivar la resistencia, la creatividad y la capacidad de ser felices».

 

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