La cita es bajo los arcos del Boulevard. De ahí a Alderdi Eder y a la plaza Sarriegi para la sesión fotográfica, antes de aprovechar la amabilidad del Mesón Martín, en la calle Elkano, para realizar la entrevista en su comedor. Los protagonistas son José Luis Arrieta y Enrique Erentxun, dos de las diez personas que mañana recogerán el Tambor de Oro en nombre de la Clásica ciclista Donostia-Donostia. La otras ocho son Jaime y Fernando Ugarte, Antxon y Santi Aiestaran, Paulino Betelu, Anton Elorza, José Mari Eceiza y Mila Agirre, viuda de Iñaki Lete.

Conforman el grupo que a principios de los ochenta se lió la manta a la cabeza para organizar una carrera que se ha consolidado como una de las pruebas de un día más importantes del panorama ciclista mundial.

La actual Euskal Herriko Itzulia, las Seis Horas de Euskadi, la salida del Tour de 1992 o el Mundial de 1997 son también fruto de su trabajo. Algunos siguen al pie del cañón mientras que otros ya han dejado paso a las nuevas generaciones. Es Arrieta, recientemente reelegido presidente de la Federación Vasca de Ciclismo, quien responde a las preguntas.

¿Qué supone este reconocimiento?

Hacemos este trabajo desde hace 32 años, dando proyección internacional a Donostia desde el primer día. Hemos tenido en la Clásica hasta 12 millones de telespectadores viendo el final de la carrera e imágenes de toda Donostia. Entendíamos que era una buena labor de divulgación de la ciudad y pacientemente hemos continuado. Lo que pasa es que hasta la fecha nadie había presentado nuestra candidatura pero, cuando se ha presentado, la valoración ha sido casi unánime.

Es de resaltar que no se ha oído ninguna voz crítica con el veredicto...

Ha habido Tambores de Oro que sí, pero en nuestro caso no. Había hasta siete candidaturas y todas tienen su valor. Pero casi toda la gente se han decantado hacia nosotros, al menos en el Ayuntamiento, que ya es difícil...

¿Cómo va a ser el acto?

Iremos las diez personas que te he mencionado antes. La presentación correrá a cargo del periodista de ETB Xabier Usabiaga, que sabe de ciclismo y sabe de nosotros. Al principio nos planteamos recoger el Tambor de Oro entre tres personas, otros eran partidarios de que fuese una sola, y al final hemos acordado ser Jaime Ugarte y yo.

Después la Peña Anastasio, que fue la que propuso nuestra candidatura, nos impondrá un pañuelo a los diez. Nos sacaremos una foto conjunta y parece que el Ayuntamiento invita al Tambor de Oro a comer, pero tenemos otras propuestas y vamos a repartirnos. No sé cómo vamos a llegar, porque luego, a las cinco, nos gustaría asistir a la izada de la tamborrada de Anastasios.

Es de suponer que tienen un capítulo de agradecimientos...

En lo referente a la organización de la Clásica, nos gustaría dar las gracias al Ayuntamiento por su disposición siempre, al espónsor, que es Kutxa, a Diputación y a ETB. Estas cuatro partes son fundamentales para que salga adelante.

Además, somos un grupo de unas cien personas voluntarias, más el que está con el banderín en cada cruce, los clubes de cada pueblo, toda la Gipuzkoa ciclista que está al pie del cañón. Y el público, porque si esto no tiene aceptación, apaga y vámonos.

¿Y de cara al futuro, seguirán estas pruebas?

Si no hay una caída importante de la colaboración económica por parte de las instituciones, podremos realizarlas bien. La Vuelta a Euskadi es en abril y la Clásica el 27 de julio. Esa es la idea, no nos vamos a rendir, si bien hemos estado sopesando decir hasta aquí hemos llegado. Si alguien piensa que aquí hay un fondo económico para nuestros bolsillos, que venga y que cobre lo mismo que nosotros.