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«Si Bielsa dice que todo acabará bien es positivo. No se suele equivocar»

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Andoni Iraola

Capitán del Athletic

Debutó contra el Barça un 30 de agosto de 2003. Andoni Iraola (Usurbil, 1982), cumple este año su décima campaña en el primer equipo. Sin hacer ruido, con regularidad, pasito a pasito, ha sumado partidos y está ya en puertas de entrar en el Olimpo rojiblanco. Y todavía le queda cuerda.

Joseba VIVANCO

Este lunes, si no media alguna sorpresa, Iraola cumplirá en el Villamarín 419 partidos oficiales vistiendo la zamarra rojiblanca. Igualará en ese registro a Ismael Urzaiz, y se situará entre los diez rojiblancos que más partidos han disputado en la centenaria historia del Athletic. Además, el de Usurbil tendrá a tiro esta temporada a históricos como Argote (427 encuentros), Julen Guerrero (430) o Canito (435). Alejados todos ellos, eso sí, de Iribar (614).

Está a un paso de meterse entre los diez jugadores con más partidos en la historia del Athletic. Hablamos de palabras mayores...

Hombre, te hace ilusión. Cuando empiezas son cosas impensables, pero bueno, como en el fútbol se vive tanto en el día a día y el corto plazo, pues la verdad es que no tienes tiempo para pensar en este tipo de cosas.

Diez temporadas en el club. ¿Ha ido todo demasiado deprisa o le ha dado tiempo a saborearlo?

La verdad es que pasa bastante rápido, pero como todo. He tenido momentos muy buenos, he tenido momentos muy duros, he tenido de todo, y en general yo estoy muy contento de cómo me ha ido.

¿Y le da tiempo estos días, cuando se habla de esos 418 partidos por cumplir, para pararse y mirar hacia atrás?

Yo creo que le daré más importancia cuando haya dejado de jugar, cuando eche la vista atrás y me acuerde de todas las temporadas. Pero ahora mismo estás en el día a día y no te paras... Y más ahora (ríe).

¿Qué le ha aportado, personalmente, el fútbol en tantos años?

Creo que el fútbol, para el desarrollo personal de un individuo, es algo muy positivo. Desde un principio aprendes a relacionarte con personas que pueden ser muy diferentes a ti, pero trabajando por un objetivo común. Compartir vestuario con un montón de jugadores con los que he estado, todas esas amistades... es lo más importante que te queda.

¿Un recuerdo inolvidable?

Pues quizá la fecha que más te marca es el debut, el día que te ves jugando con profesionales. Es un día que no se te olvida nunca, porque es en el que te cambia la vida, por decirlo de alguna manera. Te ves jugando con jugadores con los que era impensable jugar y eso te marca mucho. Y, cómo no, las eliminatorias europeas que vivimos el año pasado será lo más bonito que me quede.

¿Y olvidable?

También muchos... (ríe) y también difíciles de olvidar... Las temporadas que estuvimos cerca del descenso, sobre todo la primera por inesperada, en donde hubo momentos en que lo veías muy negro.

Hablaba de tantos compañeros conocidos, ¿a quiénes has admirado compartiendo vestuario?

He tenido un montón, he admirado a muchos y a muchos antes de conocerlos. Pero te diría que me acuerdo de gente como Felipe, César... con los que coincidí los primeros años, que no entraban mucho en los planes del mister y venían a entrenar y eran los mejores todos los días. Ese tipo de gente para un equipo tiene un valor impagable...

Muchos compañeros, entrenadores, gente de Lezama... ¿algún consejo que le dieran y que trate de seguir a rajatabla?

No lo sé, es difícil. No será el más importante que me han dado, pero siempre se me ha quedado marcado uno que me dio Ernesto Valverde la primera semana que subí al primer equipo y salí ante la prensa. Empecé a hablar y al preguntarme qué era lo peor que tenía comencé a decir un montón de cosas, y claro, Ernesto me dijo, «oye, bastante te van a criticar estos, ni se te ocurra darles pistas...». Ese si que se me ha quedado marcado.

Hablando de críticar, ¿el público siempre tiene la razón... o no?

Hombre, el público tiene derecho a expresarse, unas veces tendrá razón y otras no, pero tiene ese derecho a decir lo que siente.

Y cuando en momentos como los actuales, en los que las críticas arrecian y se exige al jugador que lo haga mucho mejor y luche, que con lo que cobran.... ¿el futbolista es preso de esa condición de privilegiado económico?

Eso es algo que nosotros tenemos asumido. Al final, en estas discusiones es verdad que lo que sale es eso de `con lo que ganan, como para quejarse'. Y la verdad es que es cierto, somos unos privilegiados y siempre lo decimos, lo que no quita para que tengamos también nuestros problemas, nuestros momentos malos y difíciles.

¿Se ha considerado alguna vez un «millonario prematuro»?

(Ríe) Al final, siempre lo decimos, somos unos privilegiados. También es verdad que el trabajo y todo lo que hemos sacrificado para llegar aquí, y todos los compañeros que también se han sacrificado y no han llegado, están ahí. No es fácil aunque sea un deporte de élite, pero en estos tiempos duros no somos los que nos tenemos que quejar, desde luego.

¿Se rompió algo en aquella decepcionante final de Bucarest entre plantilla y técnico?

No, al final fue un palo porque teníamos puestas nuestras esperanzas y cada cual nos hacemos nuestra película de que vas a salir campeón. A mí ya me ha tocado tres veces y he perdido las tres... Pero no creo que cambiara nada en esa relación.

Bielsa dijo no hace mucho que intuía lo que podía pasar esta temporada. ¿Una especie de noches de mucho, días de nada?

Igual el listón se había puesto muy alto, las exigencias iban a ser muy altas de partida y sí había, tal vez, cierto miedo a no responder a esas exigencias. Imagino que iría por ahí.

¿Ha bajado esta temporada ese altísimo nivel de exigencia de Marcelo Bielsa de la campaña anterior, y en consecuencia también esa entrega absoluta de los propios jugadores?

No, la forma de manejar, encarar los partidos y exigir al jugador por parte del mister es la misma. Al final, preparamos los partidos concienzudamente, tenemos las concentraciones, el año pasado, por ejemplo, se doblaba a veces y en lugar de un entreno más largo hacer dos más cortos, pero el nivel de exigencia no ha variado. Nosotros siempre hemos dicho que Marcelo es un técnico muy exigente, él es el primero que se exige y este año es igual. Los resultados, por desgracia, son muy distintos, pero el trabajo y exigencia es el mismo.

¿Había vivido en esas diez temporadas algo parecido a lo de este tumultuoso verano?

No. Otros jugadores que han vivido otros vestuarios, como Aritz o Gorka, quizá han conocido ese tipo de cosas, pero aquí yo nunca lo había visto. Pero bueno, algo nuevo de lo que hay que aprender...

La decisiones tomadas por Javi, por Llorente... ¿las entiende?

Son decisiones individuales y ahí solo puede entrar uno mismo. Las tienes que respetar, no mucho más. Son decisiones suyas y supongo que habrán sopesado pros y contras.

¿Se ha quedado tocada esa imagen idílica del vestuario del Athletic?

Mira, todo esto se acrecenta por los malos resultados. Es la clave de todo. Es cierto que no nos gusta vivir esos episodios del verano, pero si luego en el campo ganas partidos y la dinámica es positiva, todo eso pasa a un segundo plano. Como no sucede así, todo el mundo busca los porqués, las causas y al final salen las respuestas fáciles. Yo creo que no podemos utilizar esos hechos como excusa, porque la clave es que en el campo no estamos siendo eficaces.

¿Como capitán, usted o Gurpegi, les molesta que se diga que faltan líderes en este vestuario?

Al final, cuando las cosas van mal, se acaba por atacar a todo el mundo. El que no conoce entiendo que pueda pensar muchas cosas, pero lo que sí digo es que este vestuario está unido y trabajando para mejorar la situación. Es verdad que si los resultados no llegan, lo que digo no tiene valor porque nadie lo va a creer, el fútbol es así, y por eso hay que trabajar más.

Pues un servidor no se imagina a Andoni Iraola cabreado....

Bueno, si preguntas a algún compañero igual te dice lo contrario... (Ríe) La imagen que tenemos los jugadores desde fuera igual no se corresponde con la realidad nuestra.

Decía hace poco Gurpegi que esta situación deportiva que atraviesa el equipo no es nueva. ¿Cuál es el secreto para salir de ella?

No es fácil, porque una vez que te metes abajo no es fácil salir. No es cuestión solo de ganar el lunes sino que necesitas encadenar resultados. Al final, nos tenemos que centrar en los problemas que estamos teniendo en el verde. Hemos encajado una cifra de goles que nos está penalizando muchísimo y eso hay que cortarlo.

Porque ganar al Betis ayuda, pero no basta...

Está claro. Necesitamos más continuidad. Ya vimos cuando ganamos dos partidos seguidos y parecía que podíamos salir de ahí, pero pierdes y vuelves abajo. Necesitamos continuidad y tenemos que ser más eficaces en las dos áreas. Estamos teniendo ocasiones, no estamos haciendo goles, y luego estamos cometiendo errores atrás que en Primera División son puntos.

¿Es prematuro que la gente o la prensa comience a hablar de salvar la categoría, con toda una segunda vuelta por delante?

Entiendo que hemos hecho una primera vuelta de 21 puntos, la gente se pone a pensar y si al final son 42 puntos, eso es estar al borde del descenso. Yo confío en que el equipo va a mejorar, vamos a ir para arriba, pero está claro que no nos podemos confiar. Tenemos que apretar todos. Nos tenemos que tomar todos los partidos de aquí en adelante como si fueran finales. Otra cosa es que sí que tenemos que huir de ese victimismo. Hay que ser conscientes de la situación, pero este equipo tiene calidad y nivel para salir de abajo.

Bielsa dijo que la cosa va a acabar bien. ¿Está convencido?

Sí, yo confío en el equipo, en que vamos a mejorar. Y que lo diga el mister es algo positivo porque no se suele equivocar.

Junio de 2014, toca renovar y acabar en el Athletic...

Hombre, ya veremos. Me meto en unas edades en que hacer planes a largo plazo es muy difícil. Al final, hay que vivir el día a día, ver cómo estás, cómo acabas, físicamente cómo te encuentras... Ahora mismo, año y medio por delante me parece muchísimo.

Y después de que cuelgue las botas ¿uno empieza a pensar ya en qué quiere hacer?

(Ríe) En el fútbol, una vez que cambias el prefijo y aparece el tres por delante te empiezan a preguntar a qué te vas a dedicar. Además, nuestro vestuario es muy joven y te ves con otros compañeros y te das cuenta de que ya no te queda mucho. Es difícil responder ahora qué haré, tienes tus historias en la cabeza, pero es muy difícil.

¿Ligado al fútbol?

No lo sé... hay que negociarlo con la mujer (Y ya sin grabadora reconoce entre risas que su pareja le ha advertido que nada de fútbol después de su retirada).

 
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