«La incineradora es inviable, no vamos a jugar con la salud»
Errazkin accedió al cargo el pasado julio, después de que su antecesor, Juan Carlos Alduntzin, viera cómo las Juntas aprobaban una moción de censura en su contra con los votos de PNV, PSE y PP. Si algo deja claro durante la entrevista el exalcalde de Azpeitia, es su frontal oposición a la incineradora.
Imanol INTZIARTE | DONOSTIA
Su cargo está siendo uno de los más «calientes» de esta legislatura. La gestión de los residuos es un tema estrella respecto al cual Iñaki Errazkin despeja algunas cuestiones y sentencia que los últimos informes sobre los efectos nocivos de la incineradora descartan definitivamente su construcción.
En la sociedad existe un pequeño lío entre las competencias de cada administración: municipios, mancomunidades, Consorcio, Juntas, Diputación...
Cuando se creó el Consorcio de Residuos, hará unos cinco años, se discutió el tema de la incineradora y del tratamiento de residuos. Fue un pacto político entre PNV y PSE y se tomaron esas decisiones.
¿Qué es lo que pasa? Que en esta legislatura no tienen la mayoría en el Consorcio, que es donde hasta ahora se han decidido, se deciden y se decidirán las cosas. Como no tienen esa mayoría, lo trasladan a otras instituciones para presionar a Bildu. En el Consorcio están las mancomunidades, que tienen las competencias de gestionar los residuos. Es ahí donde se toman las decisiones, entre otras cosas porque es donde se pone el dinero y se asume la responsabilidad ante la ciudadanía.
Anteriormente nadie se acordaba de las Juntas Generales, ahora intentan llevar el debate ahí porque se sienten cómodos, tienen mayoría. Las Juntas tienen la competencia en la planificación, pero luego todo el desarrollo depende de los ayuntamientos, que están asociados en mancomunidades; y de la Diputación, que aporta el 33% del dinero de las infraestructuras.
¿Qué es exactamente la planificación, qué deciden las Juntas?
Las Juntas deciden los objetivos y el Consorcio decide cómo se hace eso y lo gestiona directamente. Ahí está el debate. Nosotros decimos que no cambiamos la planificación, porque cumplimos con los objetivos. Hay formas diferentes de hacerlo, y nosotros ponemos encima de la mesa un planteamiento de infraestructuras que pensamos está más asociado a la situación que tenemos hoy en día y a los objetivos que se plantean desde la Unión Europea.
En la pasada primavera se presentó un documento que ustedes definieron como una modificación del plan, mientras que la oposición dijo que era un plan nuevo...
Es el desarrollo del plan que ya había, un desarrollo que mejora bastante la anterior propuesta que había encima de la mesa. El objetivo era la incineradora en sí misma y todo lo demás iba en base a ello. En Gipuzkoa, para hacer la incineradora, necesitas un volumen tan importante de lo que se va a quemar que la mayoría de lo que se planeaba quemar era reciclable. Eso no puede ser, lo dice la UE.
Y si lo van a prohibir no tienen ningún sentido que se haga la incineradora en Zubieta, si hablamos de que legalmente solo se puede quemar material que no sea reciclable, que no es mucho más que el 10%. No podemos hipotecarnos con infraestructuras que no podamos utilizar, porque la alternativa es traer basura de fuera.
Es lo que se plantean en Palma de Mallorca, ya que la otra opción es incrementar a la ciudadanía el recibo de las basuras...
Si hacemos una incineradora donde se plantea quemar 270.000 toneladas al año y ya estamos bastante por debajo.... no tiene sentido, sería inviable económicamente. Y hacerla más pequeña no la hace más barata.
A las cuestiones económicas y medioambientales se suman las de salud. Un estudio reciente del Instituto de Salud Carlos III de Madrid asegura que residir cerca de una incineradora aumenta el riesgo de cáncer...
Estamos hablando de un estudio de muchas instalaciones durante varios años, entre 1997 y 2006. Incluyendo incineradoras de última generación. Ese estudio dice que hay más riesgo de padecer un cáncer si se vive cerca de una incineradora. ¿Qué es lo que se nos pide? ¿Que juguemos con la salud de los guipuzcoanos y las guipuzcoanas? No. La alternativa de la incineradora es inviable económicamente, medioambientalmente y por la salud. Es una línea roja, no vamos a apoyar la incineradora.
Hay unos contratos firmados, indemnizaciones, intereses, negociaciones. ¿Cómo está ese tema?
Estamos intentando negociar y llegar a un acuerdo tanto con las empresas como con las entidades financieras. Es un trabajo que se está desarrollando por medio del Consorcio. En un tiempo lo más breve posible se van a tomar las decisiones oportunas. La incineradora no se va a hacer y hay que ver las infraestructuras nuevas, cómo las vamos a hacer y cómo quedamos con las empresas y las entidades financieras.
Porque además de la incineradora hay otras infraestructuras planteadas...
Estamos trabajando en la alternativa que pusimos encima de la mesa, había cosas que también estaban en el desarrollo anterior. Por ejemplo, la compostadora que se está haciendo en Epele (Bergara), que se pondrá en marcha este año. El antiguo contrato era incapaz de cumplir sus objetivos, por ejemplo en el compostaje. Porque el único plan era el de la planta de Lapatx, que ya no da abasto.
El sistema de recogida no es competencia de la Diputación, pero ¿qué opina de toda la polémica en torno al puerta a puerta?
Se está generando alarma social queriendo, porque desgasta políticamente, aún sabiendo que ese sistema de recogida es mucho más efectivo que el que tenemos hoy en día. Reciclar no es una cuestión voluntaria, es necesario. Lo que queremos discutir es qué sistemas ponemos encima de la mesa para llegar a un reciclaje serio, por encima del 60 o 70%.
Los vertederos primarios no son la solución, y tampoco la incineradora, que además no evita los vertederos, porque hay cenizas y escorias tóxicas. ¿Dónde echamos eso? ¿En qué pueblo de Gipuzkoa? No lo tienen previsto, no hay nada escrito porque genera rechazo.
«Lo que queremos discutir es qué sistemas ponemos encima de la mesa para llegar a un reciclaje serio, por encima del 60% o 70%»