No son pocos en el ámbito político y social del Botxo a los que la batalla emprendida por el alcalde contra Bilboko Konpartsak comienza a preocupar por el tono y la actitud que muestra Iñaki Azkuna. La crítica ácida no parece gustar al alcalde, que cada vez emplea epítetos más gruesos al referirse a los populares agentes festivos en declaraciones públicas.

La obsesión de Azkuna por atacar preocupa, especialmente cuando Bilbo prepara ya sus Carnavales y es oficial el veto municipal a que las comparsas desfilen por la céntrica Gran Vía, a pesar de que el Consistorio no organizará el 9 de febrero su desfile oficial. En esa coyuntura, Bildu instó ayer al primer edil a que «no se le suban los premios a la cabeza, cambie de actitud agresiva para con las comparsas y demuestre que es el alcalde de todos los bilbainos y bilbainas sin excepción».

La concejala Aitziber Ibaibarriaga denunció que el equipo de gobierno trate de «imponer, una vez más, una decisión», en referencia al asunto del desfile, obviando a la Comisión Mixta de Fiestas. «Hoy por hoy, no es ni siquiera un espacio consultivo», lamentó, antes de recordar que decisiones como la de trasladar los conciertos de Botica Vieja a La Karola, en Aste Nagusia, lo fueron también y resultaron un fracaso.

Para la coalición, que el Gobierno Azkuna rechace la colaboración de Bilboko Konpartsak, cuando ha tenido que recortar un 60% el presupuesto de Carnavales es «incomprensible», cuando se podía ahorrar dinero. Tampoco pasó por alto que los agentes festivos están dispuestos a restañar heridas.

Ibaibarriaga calificó como «programa de mínimos» el impulsado por el Ayuntamiento «con el objetivo -desveló- de evitar a toda costa que Bilboko Konpartsak desfile por Gran Vía, como si el uso de la calle fuera algo exclusivo de Azkuna».

«Tomadura de pelo»

La corporativa consideró una «tomadura de pelo» lo sucedido. «El año pasado la excusa era la falta de tiempo y este año es la crisis», indicó. De ahí que Ibaibarriaga remarcara que «la mayoría de la Comisión se ha posicionado a favor de un desfile unitario, mientras que detrás de la actitud del PNV se esconde su falta de voluntad para superar conflictos pasados y avanzar además de su negativa a celebrar un Carnaval popular y participativo».

Para que cada grupo municipal explique públicamente su posición, Bildu ha presentado una moción para su discusión en el pleno del 31 de enero.

En ese ambiente enrarecido, y con escaso debate en la Comisión Mixta, el Consistorio presentó ayer a dos personajes emblemáticos de las Carnestolendas de la villa como son Farolín y Zarambolas. La designación de Manu Iturregi -administrador y gerente del pub Residence- y de Gontzal Azkoitia -otro hostelero del centro-, respectivamente, destapa los intereses que mueven a los responsables municipales del PNV por hacer un «guiño» al sector al que representan pero con escasa proyección en círculos amplios de la villa.

«O la imaginación se les ha acabado, que puede ser, o esta elección no es sino una campaña de promoción más de la hostelería», manifiestan diferentes voces desde el ámbito cultural y social. «La mercantilización de la fiesta la aleja de la ciudadanía y la convierte en un producto», lamentan apenados.