corrupción en la derecha española
Al PP «no le constan» los sobres de Bárcenas y el fiscal no mueve ficha
«No me consta» fue la frase más repetida ayer por los dirigentes del PP tras las revelaciones de que Luis Bárcenas podría haber pagado sobresueldos en dinero negro a la cúpula de Génova. Por el momento, la Fiscalía no actuará de oficio. Mientras, la derecha española intenta mantener la cohesión y proteger a Mariano Rajoy, distanciándose de su extesorero, que mantuvo despacho en Génova pese a anunciar su marcha del partido tras ser imputado por la «trama Gürtel».
Alberto PRADILLA | MADRID
«Ni vi, ni se me ofreció, ni se me dio ningún sobre con dinero y, sobre todo, no lo hubiera aceptado». No se trataba de un juicio por corrupción sino de la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. La vicepresidenta española, Soraya Sáez de Santamaría, respondía así a las preguntas acerca de los presuntos pagos de sobresueldos en dinero negro que el extesorero del PP, Luis Bárcenas, habría abonado a la cúpula de Génova a lo largo de dos décadas. Después de que el miércoles se hiciese público que Bárcenas amasó hasta 22 millones de euros en varias cuentas en Suiza, ayer tocó el turno de la contabilidad en «b» de Génova, revelada por el diario «El Mundo». Los líderes de la derecha española mantienen la estrategia de apartarse de su extesorero. «No nos consta» fue la frase del día. Sin embargo, ya comienzan a visualizarse grietas en un PP donde la cohesión interna no goza de su mejor momento. Por el momento, la Fiscalía ha asegurado que no actuará de oficio.
«No hay nada en la contabilidad interna que induzca a pensar que hay algo raro o irregular», afirmó la secretaria general, María Dolores de Cospedal. Ella fue la primera encargada de dar la cara e intentó remarcar firmeza y desmarcarse de la corruptela. «Que cada palo aguante su vela», aseveró. Según la versión ofrecida por el diario de Pedro J. Ramírez, los actuales dirigentes del PP se salvan. Lo cual puede interpretarse también como un intento de hacer cargar al extesorero con la trama e intentar salvar la imagen del presidente español, Mariano Rajoy, y de sus principales colaboradores. Por el momento el jefe del Ejecutivo y principal líder del PP sigue mudo. Aunque podría romper su silencio hoy mismo, ya que intervendrá en la reunión intermunicipal que la formación derechista celebra estos días en Almería.
Los matices personales
«En este partido, el que la hace la paga», insistió Cospedal. Poco después, sin embargo, al PP debió de parecerle poco contundente una respuesta limitada a su secretaria general. Así que sacó a sus principales barones a secundar el discurso. Carlos Floriano, vicesecretario general de Organización; Esteban González Pons, el vicesecretario de Estudios y Programas; y Javier Arenas, vicesecretario de Política Autonómica, también salieron a repetir el argumentario de Génova. Eso sí, con mucho matiz personal. «En lo que a mí se refiere y en lo que se refiere al conocimiento que tengo del partido, nadie ha recibido dinero en negro», aseguró Floriano. Jamás he cobrado en un sobre, ni en dinero que no haya declarado. Nadie me lo ha insinuado, ni tengo ningún conocimiento de que en el partido esa práctica exista o haya existido», añadió González Pons. Todos afirman no tener conocimiento pero dejando un resquicio a la duda. Soraya Sáez de Santamaría no quiso «poner la mano en el fuego» y se resguardó en las «garantías procesales».
Pese al intento de mantener un discurso homogéneo, ayer comenzó a evidenciarse que la cohesión interna del PP no pasa por su mejor momento. Por ejemplo, el presidente del PP de Gipuzkoa, Borja Semper, afirmó que «ni yo ni mis compañeros, aquí en el País Vasco, nos hemos jugado la vida durante tantos años para que mientras tanto algunos se enriquezcan». Unas afirmaciones casi enmendadas por su inmediato superior, Antonio Basagoiti, quien aseguró que los representantes unionistas «se han jugado la vida por unos ideales y cero euros».
Despacho en Génova
El intento del PP de desvincularse de Bárcenas quedó en entredicho en el momento en el que se supo que el extesorero seguía disfrutando de despacho, secretaria y coche oficial. Todo, a cargo de Génova. Supuestamente, dejó todos sus cargos en 2009, después de ser imputado por la «trama Gürtel» y abandonó la militancia en el PP un año después. En la práctica, seguía disfrutando de un lugar privilegiado en el centro de mando de la formación derechista. Ningún dirigente del PP dijo nada.
Ahora queda por ver si darán explicaciones en el Congreso. Tanto PSOE como IU han instado al Gobierno español a comparecer ante el pleno. El martes hay diputación permanente y ahí, la mayoría absoluta del PP tendrá en su mano permitir que Rajoy, Sáez de Santamaría o Cristóbal Montoro den la cara.
Por el momento, nadie dimite. Y la Fiscalía tampoco mueve ficha. Fuentes del Ministerio Público indicaron a Europa Press que no está previsto que actúe de oficio y que se ceñirán al proceso que ya está abierto contra Bárcenas a causa de la «trama Gürtel». El miércoles, el juez Pablo Ruz viajará a Suiza para conocer más detalles sobre las cuentas del extesorero. Todo ello, a la espera de que el «viernes negro» del PP pueda ampliarse con más ramificaciones.