Maite SOROA | msoroa@gara.net
Se ven en peligro
El «caso Bárcenas», cuyos capítulos más jugosos estamos por ver, tiene pinta de que va a arrastrar a más de uno y más de dos. De hecho, ya hay quien teme por el futuro de un sistema más que corrupto. Así de descarnada veía la situación Emilio Campmany en su columna del ultracentrista «Libertaddigital»: «El caso Bárcenas enfrenta a toda la cúpula del PP a un callejón sin salida», ya que «todos los que dirigen hoy el PP, empezando por el propio Rajoy, llevan muchos años ahí y sólo tienen una alternativa, confesar que toleraron esas prácticas o reconocer que no se enteraron de nada. Lo primero sería inaceptable y conllevaría la dimisión. Lo segundo implicaría admitir la propia incompetencia. Encima se ha sugerido que fue Cospedal la que, al poco de llegar a la Secretaría General, acabó con la práctica. Está muy bien, pero eso supone saber que existió y que, sin embargo, no se denunció». Vamos, que no se libra nadie. Campmany ve que «el PSOE, algo tarde, ha olido la sangre y se dispone a querellarse y emprenderla contra el adversario político en un asunto en que tiene mucho que ganar», pero al partido de Rubalcaba, le advierte: «el asunto puede llevarse al sistema por delante. Y eso afecta no sólo al PP, también al PSOE, como muy bien advirtió Felipe González desde el principio, cuando aconsejó prudencia». Lo que viene a decir es que lo que está corrupto es todo el sistema, y que como empiecen a menear el tema, les toca a todos.
Algo que Campmany vé casi inevitable: «En cualquier caso, si se confirma que el partido político que desde el Gobierno ha sometido al pueblo español a un brutal incremento de la presión fiscal, acompañado de un radical recorte de servicios sociales, recaudaba dinero de empresarios favorecidos por sus cargos para pagar sobresueldos en dinero negro a sus dirigentes, la crisis será brutal. Y será muy difícil que Rajoy, que es el presidente de ese partido desde 2008, que entregó la tesorería de Génova, 13 a Bárcenas, que ha ostentado toda clase de cargos en él, pueda salir ileso. Si finalmente es así, la cuestión no será si se beneficia el PSOE, el sector crítico del PP que conspira en las sombras o ambos. La cuestión será si el sistema será capaz de soportarlo». Pues esperemos que, con un poco de suerte, no lo sea. Servidora, al menos, va a hacer unas palomitas y a sentarse para ver cómo van cayendo.