Argel justifica la operación militar que acabó con al menos 67 muertos
El primer ministro de Argelia, Abdelmalek Sellal, defendió ayer la operación contra los jihadistas que asaltaron una planta de gas y secuestraron a decenas de personas pese a que, en su primer balance, confirmó la muerte de 67 personas -38 rehenes y 29 secuestradores-. La cifra puede aumentar ya que varios extranjeros seguían desaparecidos y empezaron a hallarse cadáveres de soldados argelinos.
GARA | ARGEL
Argelia dio ayer su primer balance oficial sobre la operación que llevó a cabo tras el ataque y el secuestro de decenas de personas en la planta de gas de In Amenas por parte de un grupo jihadista. Murieron al menos 67 personas -38 rehenes y 29 secuestradores- al cabo de cuatro días de asedio a la planta, en un balance aún provisional ya que todavía seguían desaparecidos cinco extranjeros, según explicó el primer ministro argelino, Abdelmalek Sellal.
Aunque Sellal no precisó sus nacionalidades, entre los rehenes cuya muerte han confirmado sus propios países se encuentran siete japoneses, seis filipinos, tres británicos, tres estadounidenses, dos rumanos, un colombiano y un argelino, además del exmilitar vasco originario de Angelu. Noruega, Malasia y Filipinas seguían ayer sin noticias de varios de sus ciudadanos. Además continuaban apareciendo cadáveres, entre ellos los de soldados que participaron en el asalto a la planta, según el diario «El Watan».
Respecto a los secuestradores, el primer ministro afirmó que se trataba de un grupo de 32, pertenecientes al grupo «Firmantes con sangre» de Mojtar Belmojtar, entre los que había once tunecinos, tres argelinos, un mauritanos, dos nigerianos, dos canadienses, dos egipcios y malienses- de los que 29 murieron y tres fueron detenidos.
Añadió que los dirigía el argelino Mohamed el Amine Benchenab, también muerto durante el asalto y que contaban como guía con un antiguo trabajador del vasto complejo petrolífero, explotado por la argelina Sonatrach, la británica BP y la noruega Statoil. Sobre el trágico balance, Sellal explicó que que muchos extranjeros fueron ejecutados «por una bala en la cabeza» y que los secuestradores los utilizaron como escudos humanos ante los disparos de las tropas argelinas desde los helicópteros.
«Demandas inaceptables»
«Al principio, las fuerzas de seguridad han recurrido a la negociación pero estos terroristas estaban decididos», aseguró el primer ministro, que añadió que sus demandas de liberar a presos islamistas «no eran razonables y eran inaceptables. La negociación ha sido imposible».
Asimismo, hizo hincapié en que «el mando militar tuvo toda la libertad para tomar las decisiones que quiso en el momento que quiso». «Las unidades de élite del Ejército rodearon la zona muy rápido. Se trataba, sobre todo de salvar el máximo de vidas y después de preservar el lugar», añadió.
Algunos de los rehenes que han salido con vida escaparon gracias a sus compañeros argelinos -varios cientos agrupados por los secuestradores- , que los escondieron entre ellos cuando pudieron salir.
El presidente egipcio, Mohamed Morsi, rechazó la intervención militar francesa en Mali «porque va a ampliar el conflicto sangriento en el centro de África. Toda intervención debe ser pacífica». Morsi advirtió, además, de que se corre el peligro de que el centro de África quede aislado del norte por este conflicto.
La Unión Europea propuso ayer una reunión el 5 de febrero en Bruselas del grupo internacional de apoyo y seguimiento de la situación en Mali, junto a la Unión Africana, la Cedeao y la ONU, para asegurar «la mejor coordinación posible de los apoyos para resolver la crisis malienses en el plano político y de seguridad».
Soldados franceses y malienses entraron ayer en Diabali y Douentza, dos ciudades que estaban controladas por los islamistas en el centro Mali. Son ya 2.150 los soldados franceses que intervienen en el país africano en la operación Serval, que progresa hacia el territorio tuareg del norte lentamente, ante el temor a encontrarse con resistencia o minas en lugares que creen reconquistados. Así, la entrada en Diabali se produce con 200 soldados y una treintena de vehículos blindados varios días después de haber anunciado la salida de los islamistas. Algunos ciudadanos saludaron su llegada con banderas francesas y relataron que los islamistas salieron el viernes, tras los bombardeos de la aviación francesa. El ministro francés de Defensa, Jean-Yves Le Drian, anunció la toma de Douentza, a 800 kilómetros al nordeste de Bamako y estimó que el avance supone «un éxito». Douentza se encontraba en manos de los jihadistas de Mujao, grupo aliado a Ansar Dine y Al Qaeda en el control del territorio tuareg de Azawad, tras la derrota del Ejército de Mali y la expulsión de los independentistas laicos del MNLA. Algunas fuentes afirmaron que los islamistas se han replegado hacia Kidal, cerca de la frontera argelina, la primera ciudad que tomaron los tuareg en su rebelión a principios de 2012. Por otro lado, más países se van sumando a la ayuda logística y financiera a la misión de los estados africanos, que se compondrá de 6.000 soldados y prevé un coste de 500 millones de dólares. Pero hasta ayer apenas habían llegado 200 soldados a Bamako. El primer ministro argelino, Abdelmalek Sellal, aseguró que Argel no enviará ningún soldado, pero «seguirá protegiendo sus fronteras». GARA