«El proceso ha comenzado. El acta de acusación se ha presentado ante el juez y los debates comenzarán el 24 de enero», informó el fiscal Dayan Krishnan ante el Tribunal de Nueva Delhi donde se lleva a cabo, a puerta cerrada, el juicio contra cinco hombres por una violación que ha conmocionado a India, un país donde las agresiones sexuales a mujeres son numerosas y la impunidad, habitual.

A los acusados se les imputa delitos de violación, asesinato, secuestro y robo, por los que pueden ser condenados a pena de muerte. Se trata de un proceso acelerado para sortear la lentitud habitual de un sistema judicial, sometido además a la presión de la opinión pública y la familia de la víctima, que reclama un veredicto rápido y ejemplar. El padre de la víctima pidió poco antes del juicio un proceso rápido que condene a la horca a los autores de la violación. «Hemos acabado los rituales de luto por mi hija en el pueblo pero nuestro luto no se acabará hasta que el tribunal habrá dictado su veredicto. El alma de mi hija no estará en paz hasta que la justicia haya castigado a esos hombres», declaró.

«Es deber del Tribunal y de los jueces actuar de forma que la sentencia se pronuncie rápidamente y que todos los hombres (juzgados por la violación) sean ahorcados. Ningún hombre tiene derecho a vivir después de haber cometido un crimen tan abominable», añadió el padre.

El abogado de uno de los acusados intentó persuadir al Tribunal Supremo de trasladar el caso fuera de la capital india porque «la emoción toca cada hogar» de New Delhi y el caso «no puede ser juzgado serenamente». El Tribunal examinará hoy esta petición. Otro abogado aseguró que su cliente es menor de edad y pidió que sea juzgado en un tribunal para menores, -como será un sexto sospechoso- a lo que se opone la policía.

La defensa pedirá el veredicto de no culpable acusando a la Policía de haber torturado a los sospechosos, mientras la acusación se apoyará en las muestras de ADN y las declaraciones de la víctima antes de morir y las de su compañero.

La víctima, una estudiante de 23 años que volvía del cine con su compañero, fue violada varias veces y agredida sexualmente con una barra de hierro y luego arrojada a la calle desde un autobús. Murió trece días después en un hospital de Singapur tras tres intervenciones quirúrgicas. Miles de mujeres han salido a las calles para demandar más seguridad y atención a la violencia contra las mujeres por parte de la policía y la justicia.