España nunca lo tendrá tan fácil para llegar a una final
J.C.E.
La primera semifinal (19.15, Palau Sant Jordi) tiene grabado el nombre de España en el casillero del ganador. La selección que dirige Valero Rivera recordó la leyenda de «la flor en el trasero» cuando se configuró el cuadro de la fase final del torneo, que le deparaba un trayecto mucho más sencillo de lo esperado hacia la final, pese a su derrota ante Croacia en la liguilla previa. Los tres máximos favoritos al título quedaban en la otra parte del cuadro, donde Croacia eliminó el miércoles a Francia, y hoy se las verá con Dinamarca.
Ese golpe de fortuna le ha permitido llegar hasta aquí sin grandes sobresaltos, pese a los evidentes problemas que está mostrando, empezando por su portería, que es la más floja según la estadística entre las semifinalistas, con un Sterbik desconocido, que probablemente hoy ceda la titularidad a Sierra.
España se ha agarrado a la eficacia de su segunda línea (con mención especial para Aginagalde en el pivote); a la capacidad de robar balones en su defensa (175, que le permiten ser la selección que más ha rematado a gol, junto a la danesa -365 veces-, aunque con discretos porcentajes de acierto); y al acierto en producir asistencias de gol (la mejor, con 100), que palía su gran déficit de tiro a distancia.
Eslovenia es la tercera semifinalista que ha ganado todos sus partidos hasta ahora, pero todo hace indicar que ha llegado a su límite en este torneo, y parece que lo tiene asumido. Una de las selecciones más nuevas del panorama internacional, en cuyo palmarés solo brilla la medalla de plata del Europeo 2004 -que ella mismo organizó-, asume que parte como víctima ante un rival más fuerte, que además juega en casa y vislumbra la oportunidad histórica de jugar su segunda final de un Mundial.
Eslovenia está jugando su mejor Mundial, pero sus recursos son limitados, y más tras perder por lesión a su mejor goleador, el extremo Gajic, tras el partido de octavos ante Egipto. Su columna vertebral, con el central Zorman al frente, ha jugado casi todos los minutos, igual que Dolenec y Luka Zvizej, y puede que esta tarde acusen el desgaste.