Dustin Hoffman debuta en la dirección con «El cuarteto», rodeado de viejos colegas
M. I. | DONOSTIA
Dustin Hoffman recibió el Premio Donostia en la última edición, presentando de paso en la Sesión de Clausura su ópera prima como director. Ya estuvo apunto de debutan en 1978 con «Libertad condicional», pero en aquella ocasión la películ fue terminada por Ulu Grosbard. Por fin lo ha conseguido gracias a su amistad con el director de fotografía John De Borman, quien le recomendó la adaptación de la obra teatral de Ronald Harwood «Quartet», ideal para entonar el canto del cisne.
La pieza está localizada en una residencia para músicos jubilados, donde tres de sus huéspedes se sorprenden con la llegada de una diva, junto a la que volverán a formar el cuarteto operístico que les unió artísticamente antes de la definitiva separación. Aparece como excusa perfecta para la reconciliación la gala que se va a celebrar en el centro con motivo del aniversario de Verdi.
Hoffman se ha decantado por cuatro grandes intérpretes de la escena inglesa: Maggie Smith, Tom Courtenay, Pauline Collins y Billy Connolly. Sin embargo, no podían cantar como tenores y sopranos, limitación que queda compensada mediante la participación de verdaderos músicos retirados como secundarios y figurantes con vocación melómana.