Tras más de 15 meses de haberse constituido la mesa del convenio provincial del Metal de Nafarroa, el pasado 17 de enero asistimos a la burda puesta en escena de un preacuerdo cocinado entre CCOO, UGT y Patronal, al margen del resto de sindicatos presentes en la mesa de negociación y a espaldas de los trabaja- dores y trabajadoras del metal de Nafarroa.

Tras las reformas bestiales, tanto del PSOE como del PP, el sindicato LAB ha sido consciente de que la negociación colectiva ha cambiado de parámetros y de que en esta ocasión nos jugábamos la propia existencia de los convenios. Por ese motivo, hemos creído firmemente que era necesario actuar con la mayor responsabilidad e intentar llegar a la mayor unidad de acción entre todas las fuerzas sindicales para poner freno entre todos a las reformas.

De nada han servido los emplazamientos del sindicato LAB al resto de sindicatos presentes en la mesa negociadora para llegar a esa unidad que sirviese para confrontar en clave movilizadora con la Patronal. Ni CCOO, ni UGT ni ELA han mostrado ningún interés en llevar una dinámica movilizadora conjunta.

No nos parece de recibo que ELA pretenda ahora aparecer como el máximo defensor del Convenio Provincial del Metal cuando no ha mostrado ningún interés en llevar una dinámica movilizadora conjunta, anteponiendo las diferencias interpretativas de la reforma como excusa para la inacción. Cuando se insiste y se hace tanto hincapié en que la negociación colectiva está en las empresas, no podemos pensar otra cosa que la decisión es abandonar el ámbito provincial.

Desgraciadamente, los contenidos del preacuerdo no han hecho más que confirmar las peores expectativas de LAB. Efectivamente, CCOO y UGT han aceptado los términos más perniciosos de las reformas laborales de la negociación colectiva decretadas por los gobiernos españoles del PP y del PSOE, sirviendo en bandeja de plata a la Patronal la posibilidad de aplicar prácticamente la totalidad de las mismas al conjunto de los trabajadores del metal de Nafarroa. Un fraude al conjunto de los metalúrgicos de Nafarroa.

El preacuerdo avala que el Convenio Provincial del Metal desaparezca como suelo que históricamente ha establecido los mínimos de las condiciones laborales del sector, pudiéndose acordar en la empresa condiciones inferiores al mismo. El Convenio Provincial se debilita frente al estatal, arrogándose este último materias que van en detrimento de las condiciones laborales de los trabajadores de Nafarroa y evidenciando que CCOO y UGT en Nafarroa no son más que meras sucursales de sus centrales en Madrid.

No se neutraliza la posibilidad de que las empresas puedan descolgarse de las condiciones pactadas con los trabaja- dores vía modificación sustancial de las condiciones de trabajo. Además, en las empresas sin representación obligan a los trabajadores a aceptar lo que decidan tres miembros de los sindicatos con mayor representación en el sector.

En materia salarial, y en aras a la «competividad», CCOO y UGT aceptan una pérdida importantísima de poder adquisitivo de aproximadamente el 4,45 puntos en dos años con respecto al IPC. La cláusula de revisión recogida, además de farragosa, viene impuesta desde los acuerdos de moderación salarial acordados en Madrid por UGT, CCOO y Patronal, en un ámbito ajeno a Nafarroa y en una realidad socioeconómica muy distinta a la nuestra.

En materia de jornada, CCOO y UGT abren la posibilidad de que la Patronal pueda aumentar la jornada anual 40 horas cada año (120 horas), fomentando de esa manera la destrucción de empleo. Justo en la dirección contraria a la que se debería, teniendo en cuenta la tasa de paro y el drama que están viviendo más de 50.000 navarros y navarras y que todo apunta a que este número se incrementará en los próximos meses.

La cuestión es qué defienden realmente estos sindicatos y cuáles son las razones de su sumisión y cada vez mayor entendimiento con una patronal. La respuesta no puede ser otra que una huida hacia delante y un alineamiento cada vez más descarado con la Patronal y los Gobiernos que llevan 30 años dándoles de comer mediante subvenciones y privilegios. En definitiva, un modelo sindical basado en la renuncia a la confrontación con la Patronal y que no responde a los intereses de los trabajadores.

Solamente un modelo sindical basado en la confrontación con la Patronal y totalmente independiente del corrupto poder político que ha manejado en los últimos 30 años el Gobierno de Nafarroa puede dar respuesta a las necesidades de los trabajadores de Nafarroa.

LAB sigue apostando por la validez del convenio provincial como herramienta básica para garantizar derechos y empleo digno para todos y todas las trabajadoras y que sirva para la cohesión de las condiciones laborales del sector, pero para ello es necesario un sindicalismo que esté dispuesto a confrontar realmente con la patronal. Porque la lucha de hoy es el empleo de mañana.