La bielorrusa Victoria Azarenka disputará mañana la final del Abierto de Australia contra la china Li Na tras calificarse ayer en un partido con polémica, al pedir un tiempo muerto médico antes del último juego ante la americana Sloane Stephens.

Al día siguiente de la sorprendente eliminación de la estadounidense Serena Williams, por su joven compatriota Stephens, Li Na dio la otra gran sorpresa del torneo al derrotar a la otra candidata al título, Maria Sharapova por un doble 6-2.

Posteriormente, Azarenka, número uno del circuito femenino, cumplió los pronósticos ante Stephens, de 19 años, a la que derrotó por 6-1 y 6-4 en un partido brillante que manchó al final del mismo por una decisión de la bielorrusa que le generó muchas críticas.

Sirviendo con 5-3, Azarenka desaprovechó cinco pelotas de partido y acabó cediendo el juego, pero en el descanso, pidió atenciones por parte de un cuidador y seguidamente, visiblemente sofocada, abandonó la cancha durante 10 minutos, mientras Stephens esperaba sentada en su silla.

A su regreso, Azarenka volvió a romper el servicio de su rival para llevarse el encuentro y alcanzar la tercera final de un Grand Slam en su carrera, tras su victoria en Australia-2012 y la perdida en el US Open-2012.

Azarenka protagonizará la final junto a Li Na, pese a que las apuestas parecían presagiar un duelo entre Serena y Sharapova, puesto que las dos se habían mostrado intratables durante todo el torneo. La siberiana solo había perdido nueve juegos en sus cinco primeros partidos, todo un récord en Melbourne, pero no le sirvió de nada.

Mucho más menuda y menos potente, Li Na jugó un partido perfecto a nivel técnico y pudo contar con un excelente servicio, sobre todo en los momentos críticos, de modo que pudo salvar seis de siete puntos de break. Tras ganar en una hora y 33 minutos este duelo entre las dos últimas campeonas en París, Li Na, de 30 años, llega a su tercera final en un torneo del Grand Slam, tras perder la de Australia en 2011 y ganar Roland Garros ese mismo año.

Mientras, Djokovic, número uno del mundo y defensor del título, destrozó a Ferrer, por 6-2, 6-2 y 6-1 para alcanzar por cuarta vez, tercera consecutiva, la final del primer grande del año.