El S&P tocó ayer los 1.500 puntos por vez primera en cinco años y superaba así los efectos del disgusto originado el miércoles por las cuentas de Apple. El gigante de las tecnologías redujo el año pasado su beneficio a menos de un 1%, después de que las ventas del iPhone se frenaran de forma brusca. Además, sus previsiones para este trimestre se quedan también lejos de las proyecciones anteriores de los analistas. En las bolsas europeas, la noticia hizo daño y a duras penas trataban de no perder por la mañana las posiciones de salida. Más tarde, sin embargo, se apoyaron en las subidas de los índices de Nueva York, que se movían en máximos de cinco años, para forzar la marcha hasta acabar en zona de ganancias. El avance final del Ibex se fijó en el 0,61%, hasta los 8.665,60 puntos. En la misma sintonía alcista acabaron en Londres (+1,09%), París (+0,70%) y Fráncfort (+0,53%). En el Ibex, el principal punto de atención estuvo en los resultados de 2012 de Sabadell (+0,56%) y Bankinter (-1,21%). El primero ganó 81,9 millones, un 64,7% menos; y el segundo, 124,7 millones, un 31,2% menos. Ambos balances se han visto lastrados por las provisiones destinadas a cubrir insolvencias y la exposición al ladrillo. Los mejores del Ibex fueron IAG (+3,84%), OHL (+2,26%) y Mapfre (+2,07%), en tanto que Indra (-2,98%) encajó el castigo más abultado. Todos los grandes, con Iberdrola (+1,47%) a la cabeza, acabaron en verde. En París, se vio reaccionar a Société Générale (+2,41%), tras las cesiones anteriores. También BNP Paribas (+2,08) y Crédit Agricole (+1,23%) se sumaban a las subidas.