La nueva Cámara Baja del Parlamento de Jordania estará dominada por diputados de base tribal, tradicional apoyo del rey Abdalah II, según los resultados provisionales difundidos ayer, debido al boicot de la oposición islamista, que denunció fraude.

Según la comisión electoral, esos datos muestran que los escaños serán copados por líderes tribales, personalidades leales al régimen y empresarios independientes con una agenda política limitada que dependen más de las lealtades familiares y tribales.

Varios movimientos de la oposición, incluidos los Hermanos Musulmanes y su brazo político, el Frente de Acción Islámica (FAI), que boicotearon las elecciones por considerar que la nueva ley electoral está diseñada para limitar su influencia, denunciaron fraudes.

«Ha habido una clara compra de votos y de falsas tarjetas de electores», afirmó Zaki Bani Rsheid, número dos de la cofradía, principal fuerza de la oposición.

El Centro Nacional Jordano para los Derechos Humanos también informó de la compra de votos en Amman y en la gobernación de Balqaa.

Al menos tres candidatos fueron acusados por las autoridades de comprar votos. Si son declarados culpables, perderán su escaño y podrían ser condenados a varios años de cárcel.

Para el presidente del FAI, Ali Abul Sukkar, la recién elegida Cámara Baja sera incapaz de adoptar reformas políticas. En declaraciones a Efe, indicó que esta Cámara «no incluye a políticos con programas claros», por lo que su partido y los Hermanos Musulmanes mantendrán las protestas para exigir reformas y contra la nueva Cámara.

Entre el boicot de la oposición y la victoria de los candidatos tradicionales tribales, no se augura un cambio a corto plazo en la vida política de Jordania.