Yair Lapid, la exestrella de televisión que logró un éxito electoral inesperado, se convirtió ayer en el centro de las negociaciones para formar el próximo Gobierno que debería liderar el primer ministro saliente, Benjamin Netanyahu.

A última hora de la tarde, la comisión electoral anunció los resultados definitivos de los comicios legislativos del martes: 31 escaños para la derechista lista conjunta Likud Beitenu de Netanyahu y el ultraderechista Avigdor Lieberman, 19 para el Yesh Atid de Lapid, 15 para los laboristas y 12 para Habait Hayehudi (Hogar Judío) de Naftali Bennett, formación de la ultraderecha religiosa israelí que representa a los colonos.

Desde la noche del martes, los medios de comunicación especulaban sobre el cargo que Netanyahu ofrecería a Lapid, si el Ministerio de Relaciones Exteriores o de Finanzas.

Lapid y Netanyahu mantuvieron ayer una reunión, durante dos horas y media, y acordaron volver a reunirse.

Uno de los 19 diputados de Yesh Atid, Ofer Shelah, señaló que la prioridad para Lapid es imponer un reparto equitativo de la «carga», en referencia a una propuesta de ley que quiere promover para, de aquí a cinco años, incorporar al servicio militar o civil a los jóvenes judíos ultraortodoxos, en su mayoría exentos.

Esta reivindicación podría complicar el trabajo de Netanyahu, que necesita integrar en su futura mayoría a los partidos ultraortodoxos Shas (11 diputados) y Judaísmo Unido de la Tora (7), opuestos al alistamiento de los ultraortodoxos.

Sobre la cuestión palestina, Netanyahu deberá elegir entre Lapid, que promueve retomar las negociaciones de paz congeladas desde setiembre de 2010, y Naftali Bennet, ardiente partidario de acelerar la colonización.

El exministro de Relaciones Exteriores Avigdor Lieberman, líder de Ysrael Beitenu y aliado electoral de Netanyahu, afirmó que respecto al diálogo con los palestinos «no hay puntos en común entre Yesh Atid, Ysrael Beitenu y Habait Hayehudi».

Si Yesh Atid ha hecho del relanzamiento del proceso de paz «una de las condiciones» de su entrada en el Gobierno, según Ofer Shelah, Lapid, sin embargo, no lo mencionó en su discurso postelectoral. En campaña, se declaró favorable a la propuesta de dos estados, es decir, a la creación de un Estado palestino.

Un líder de la Organización de Liberación de Palestina (OLP), Yasser Abed Rabbo, dijo que el liderazgo palestino quería un diálogo con los partidos políticos israelíes, especialmente las nuevas formaciones centristas, antes de la constitución del Gobierno.

En cuanto al programa nuclear iraní, no debería convertirse en la manzana de la discordia.