El visto bueno del MEDE era el último pago previsto dentro del programa de asistencia financiera al Estado español. Esta decisión, adoptada ayer durante una reunión por teleconferencia de los directores del fondo europeo permanente de asistencia financiera, es el último paso formal -pero necesario- para que se haga efectivo el pago de este segundo tramo de la ayuda europea.

Los ministros de Economía y Finanzas de la zona del euro (Eurogrupo) ya dieron su beneplácito al desembolso hace una semana, tras constatar los progresos realizados por el país en la reestructuración del sector bancario.

El dinero llegará al Estado español en nueve días, en concreto el 6 de febrero, e irá destinado íntegramente a los cuatro bancos que necesitaban ayudas públicas pero no fueron nacionalizados, que tendrán que cumplir estrictas condiciones.

De los 1.865 millones de euros destinados a las entidades no nacionalizadas -un tercio de los 6.248 millones detectados en la prueba de resistencia a la banca española- Liberbank requerirá 124 millones de euros, Caja3 407 millones, BMN 730 millones, y CEISS, los otros 604 millones.

El resto de sus necesidades de capital se cubrirá mediante las quitas impuestas a los titulares de acciones y de deuda subordinada y preferentes -más de 2.000 millones de euros-, con la venta de activos y otras medidas de gestión -más de 1.000 millones- y la transferencia de activos y préstamos tóxicos al «banco malo" -1.000 millones-.

Segunda misión de revisión

Por otra parte, también en la jornada de ayer, los expertos de la troika, formada por la Comisión Europea (CE), el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), regresaron al Estado español para supervisar el cumplimiento de las condiciones del rescate europeo a la banca española.

La segunda misión de revisión comenzó ayer, confirmaron fuentes comunitarias, que no revelaron, como suele ser habitual, la agenda de trabajo de los expertos de las tres instituciones internacionales.

A esta misión de la Comisión Europea, del BCE y del FMI se suman técnicos de la Autoridad Bancaria Europea (ABE) y del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE).