El Ibex no pudo alargar su permanencia por encima de los 8.700 puntos, a pesar de que no había nada de peso en contra. No obstante, los inversores decidieron aprovechar la subida de la semana pasada hasta máximos no conocidos desde febrero para tomar plusvalías. Y si eran pocos los motivos para vender, todavía parecían menos los que podrían empujar a las compras. Por tanto, los analistas optaban por calificar la jornada de consolidación y a la espera de más estímulos para proseguir la senda alcista. Uno de ellos, la publicación de las cuentas en Estados Unidos, parece estar tocando a su fin pese a que tan solo se conocen los resultados de un tercio de las compañías listadas en el S&P 500. Por el momento, la gran mayoría presenta mejores números de los esperados y sería difícil, según los expertos, que se modifique esta línea positiva ya constatada. En este contexto, el Ibex cerró en los 8.672,50 puntos, tras descontar un 0,59%. En Europa, solo Fráncfort (-0,32%) siguió el camino bajista, mientras que París (+0,07%) y Londres (+0,16%) lograron evitar los recortes. Dentro del Ibex, las alzas más destacadas correspondieron a Dia (+1,83%) e Indra (+1,62%). Entre los perdedores, despuntaron las bajadas superiores al 2% en FCC e Inditex. Ningún peso pesado escapó de las caídas. En París, lideraron los avances Alstom (+2,87%) y EADS (+2,73%). Los bancos, por su parte, se sintieron aliviados por la devolución anticipada de los préstamos de largo plazo al BCE. Así, Crédit Agricole subió un 2,43%, y BNP Paribas, un 2,14%. Los títulos de Lafarge (-2,36%) fueron los más penalizados.