Cuba asumió la presidencia de la CELAC, el primer ámbito de concertación y cooperación que reúne a todos los países de América Latina y el Caribe sin la participación de Estados Unidos y Canadá. Su creación fue acordada en diciembre de 2011 durante una cumbre celebrada en Caracas bajo el liderazgo del mandatario venezolano, Hugo Chávez. En ella se estableció que Chile presidiría el primer año y organizaría la cumbre fundacional, y que la presidencia en los próximos dos años se dividiría entre Cuba y Costa Rica.

En opinión de la mandataria de Argentina, Cristina Fernández, el hecho de que Cuba esté a la cabeza de la CELAC «marca todo un cambio de época». «Que Sebastián Piñera, presidente de Chile, le transmita la presidencia pro tempore a Raúl Castro, presidente de Cuba, refleja los tiempos que corren», resaltó.

Pero, la primera cumbre de la CELAC, que el fin de semana se reunió con los principales líderes de la UE, arrancó el domingo con ausencias notables, entre ellas de la Hugo Chávez, todavía convaleciente en La Habana, la de la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, que tuvo que viajar de urgencia a su país por la tragedia en la discoteca Boate Kiss de Santa María, y la de su homólogo ecuatoriano, Rafael Correa, inmerso en los preparativos de las elecciones presidenciales.

Precisamente, los asistentes a la cumbre rindieron un sentido homenaje a Chávez al inicio del encuentro. «Todos hacemos votos para que pueda ganar esta batalla, quizás la batalla más dura de su vida», destacó el presidente chileno, Sebastián Piñera, calificó a Chávez como «un presidente que ha tenido un impacto profundo en la organización regional».

En su intervención ante el plenario, el presidente de Cuba, Raúl Castro, incidió en el carácter integrador de la CELAC. «Sabemos que entre nosotros hay pensamientos distintos y diferencias, pero la CELAC se ha creado en el acervo de 200 años de lucha y objetivos. No es una sucesión de meras reuniones ni coincidencias pragmáticas, sino una visión de Patria Grande y caribeña que se debe a sus pueblos», declaró.

Recordó que el compromiso tiene que ser «la igualdad soberana de los Estados miembros». También denunció la «campaña de descrédito» puesta en marcha contra el Gobierno venezolano, en alusión a la fotografía falsa por uno de los principales rotativos del Estado español.

En alusión al problema de la droga, advirtió que su Gobierno está dispuesto a combatir el narcotráfico y que, si fuera necesario, aplicaría de nuevo la pena de muerte, actualmente en suspenso.

«Hace tiempo tomamos una decisión: vamos a combatir la droga que nos está empezando a amenazar a sangre y fuego. Nuestras leyes permiten la pena de muerte, está suspendida, pero ahí está, de reserva, porque una vez la suspendimos y lo único que hicimos con ello fue estimular las agresiones y los sabotajes contra mi país a lo largo de estos 50 años», remarcó.

Brasil, por la cohesión

El canciller brasileño, Antonio Patriota, que reemplazó a Rousseff, consideró que «la cohesión de América Latina y el Caribe pasa por el fortalecimiento gradual de la CELAC, pero también exigirá la revalorización de los procesos regionales y subregionales de integración que pueden lograr una integración más profunda en tiempo menor».

«La fuerza reside tanto en aquello que nos une como en la enorme diversidad», opinó el canciller respecto a la CELAC.

Recordó que fue el expresidente brasileño Luis Inácio Lula da Silva quien en diciembre de 2008 convocó una Cumbre de América Latina y el Caribe (CALC), precursora de la CELAC.

En ese entonces, dijo Patriota, «el mundo ya vivía la crisis financiera que hasta hoy se prolonga», y Lula advirtió de que la región no podría salir de la crisis de forma aislada.

«Los tiempos cambiaron y la declaración de Lula sigue siendo válida», subrayó.