Frente a una crisis de la magnitud que padecemos nada más sensato que innovar, y la empresa Mediterránea de Cátering (Medicat) lo sabe y lo practica. Con la privatización de la cocina en todos los hospitales navarros, esa empresa ligada al PP valenciano no solo ha transformado el servicio de cocina en los hospitales en un lucrativo negocio, sino que está revolucionando la gastronomía del mundo. De hecho, desde que fuera restaurado el ecce homo de Borja, ningún otro aporte español había sido tan elogiado en el extranjero.

Solo con el auxilio de una moderna tecnología de «línea fría», Medicat ha conseguido logros tan destacables como servir yogures a 28 grados, iniciativa que, al margen de las quemaduras que provoca, pronto será imitada por reputados cocineros como Adriá o Berasategui. Medicat también está modificando los horarios en la distribución de las ingestas para hacer coincidir la comida con la merienda y el desayuno con la cena, con lo que se evita molestar cuatro veces al día a los enfermos con carritos de alimentos.

En otro innovador aporte, Medicat está estimulando el consumo de café entre la infancia enferma y las meriendas de plátanos para los diabéticos, así como el servicio de purés globalizados cuyos colores y textura no permiten distinguir su composición, acabando con las típicas alergias infantiles al puré blanco, verde o naranja.

Una de las innovaciones más celebradas es la presencia de platos manchados o dotados de signos residuales, de manera que se integren en un único servicio formas y sabores.

¡Ay si El Bulli levantara la cabeza!