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Legalización de inmigrantes sin papeles en EEUU

Obama enviará su propio proyecto si el Congreso no aprueba la reforma

El presidente estadounidense, Barack Obama, proclamó ayer que «ha llegado el momento» de aprobar una reforma migratoria en Estados Unidos, al tiempo que advirtió al Congreso de que si no aprueba la pactada en el Senado por demócratas y republicanos,él mismo aprobará una reforma profunda de la política con los inmigrantes, en previsión de la resistencia que el ala más derechista de los republicanos ofrecerá en la Cámara de Representantes.

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GARA | LAS VEGAS

«Ha llegado el momento» repitió hasta cuatro veces el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, al defender la reforma de la legislación sobre inmigración ante un auditorio en el que, posteriormente, se escucharon gritos en español con el lema «Sí, se puede», con el que logró su primera victoria en las elecciones presidenciales de noviembre de 2008.

El acuerdo entre senadores demócratas y republicanos, conocido el pasado lunes, permitiría legalizar a los ciudadanos indocumentados, después de que éstos se registren, paguen una multa y superen un período de prueba durante el cual podrían trabajar. En un discurso en Las Vegas, Obama detalló algunos de los contenidos del acuerdo, entre los que destacan mantener el control de las fronteras, sancionar a los empresarios que contraten a personas en situación irregular y los requisitos de aprender inglés y no tener antecedentes para conseguir la ciudadanía.

«No podemos permitir que la reforma migratoria se quede en una debate sin fin. Sabemos dónde debe estar el consenso», indicó el presidente estadounidense. «Si el Congreso no se pone de acuerdo para actuar, yo enviaré mi propia propuesta», añadió. Obama lanzó este aviso ya que, aunque la reforma ha sido pactada por republicanos y demócratas, en la Cámara de Representantes domina el ala más derechista del partido republicano, que pondrá dificultades.

«La cuestión es simple. ¿Estamos decididos, como pueblo, como nación, como gobierno, a superar este problema? Creo que este es el caso», dijo el presidente. «Finalmente una reforma completa está al alcance de la mano», añadió, al día siguiente de que ocho senadores, cuatro republicanos y cuatro demócratas, presentaran el plan para poner a cero el sistema de control de inmigración en el país.

Estos senadores prevén aprobar la reforma a principios del verano, pero Obama, que ya impulsó sin éxito una reforma en 2010, advirtió sobre la resistencia que está seguro que encontrará. «Cuanto más nos acercamos, el debate despertará más pasiones», señaló.

«Cuando hablamos en abstracto, la discusión se orienta con facilidad entre el `nosotros' contra `ellos'. Y cuando esto sucede, la gente se olvida que la mayoría de `nosotros' hemos sido `ellos'», subrayó.

«Estos once millones de hombres y mujeres están aquí (...) y son parte del tejido social de nuestras vidas», afirmó el presidente, al destacar también la contribución de los extranjeros sin documentación a la economía, citando su aportación a la creación de empresas como Intel, Instagram, Google y Yahoo, y que una de cada cuatro nuevas empresas tecnológicas han sido impulsadas por ellos.

Además, quiso halagar los oídos republicanos defendiendo que durante su primer mandato ha enviado más agentes a la frontera sur, ha reducido los cruces ilegales en casi un 80 % con respecto al año 2000, y que las medidas policiales dirigidas a la deportación se encuentran «en su nivel más alto».

Resistencias republicanas

Los sectores más derechistas critican que será una «amnistía» que servirá de «efecto llamada». En este sentido, el congresista Lamar Smith criticó el acuerdo porque «costará millones de dólares a los contribuyentes, costará miles de empleos a los trabajadores y anima a más inmigración ilegal».

Pero las cosas han cambiado. Los republicanos han empezado a sacar lecciones de los comicios en los que el 71% de los hispanos votó por Obama. «Por primera vez es más arriesgado oponerse a la reforma migratoria que apoyarla», resumió el senador demócrata Chuck Schumer, uno de los ocho que presentaron el plan. Entre ellos se encuentra también el republicano, John McCain, que, «prudentemente optimista», señaló que «aunque hay ciertas diferencias en nuestros enfoques, partimos de la idea de que toda reforma deberá reconocer que Estados Unidos es un Estado de derecho y una nación de inmigrantes».

La presencia entre los ocho del joven Marco Rubio, muy popular en el ala más derechista del partido, podría ayudar a que la reforma pase el filtro del Congreso. McCain y Rubio subrayaron además el reforzamiento de la vigilancia policial en la frontera que incluye la propuesta.

Pero el presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner, advirtió que «espero que el presidente tenga cuidado de no orientar el debate demasiado a la izquierda, lo que acabaría por hacer descarrilar los difíciles trabajos que esperan al Senado y a la Cámara».

control de armas

Barack Obama se reunió con jefes policiales y alguaciles en la Casa Blanca en el marco de sus esfuerzos para lograr un mayor control de las armas y volvió a insistir en que es fundamental la cooperación del Congreso para «hacer todo lo que hay que hacer».

homosexuales

La organización scout estadounidense BSA (Boy Scouts of America) está discutiendo la posibilidad de eliminar la prohibición de que los homosexuales se unan a sus filas, dejando la decisión en manos de sus organizaciones locales.

JOhn Kerry

El Comité de Relaciones Exteriores del Senado de Estados Unidos votó a favor del nombramiento de John Kerry como nuevo secretario de Estado, en sustitución de Hillary Clinton, nombramiento que votó después el pleno del Senado.

Registrarse, pagar multas e impuestos, aprender inglés y ponerse a la cola

«Inmediatamente después de que la ley sea aprobada, las personas que viven ahora en la sombra tendrán el derecho legal de quedarse y trabajar aquí. No serán deportados, siempre que no tengan antecedentes penales. No serán acosados nunca más», indicó el senador demócrata Charle Schumer cuando presentó al reforma para legalizar la situación de millones de inmigrantes sin documentos. Pero el proceso de regularización no será tan inmediato como anunció el senador.

Será un mecanismo progresivo que, por por una parte, obligará a los que han permitido que sus visados caduquen o han ingresado en el país de manera ilegal a someterse a estudios sobre sus antecedentes y a pagar multas para poder obtener la «green card», el documento que garantiza la residencia permanente. Por otra parte, habrá distintos grados de acceso a la ciudadanía estadounidense, ya que denominados «dreamers», que no llegaron a Estados Unidos por voluntad propia, sino cuando eran menores, o los que trabajen en el sector agrícola, tendrán preferencia.

Así, el proceso comenzará por un registro de los inmigrantes sin documentación, en el que deberán demostrar cuánto tiempo llevan en Estados Unidos. No será gratis. Deberán pagar una multa, así como los impuestos que la administración estadounidense considere que hubieran tenido que pagar desde que comenzó su estancia en el país. También pasarán por un proceso de entrevistas y tendrán que demostrar el conocimiento del inglés y de la historia y el sistema político estadounidense.

Llegados a ese punto, tampoco la nacionalización será inmediata. Antes tendrán prioridad los inmigrantes que ya se encuentran ene el proceso de solicitud de nacionalización habitual hasta la fecha. Pasarán a una especie de «limbo», en el que no serán expulsados pero tampoco tendrán acceso a los beneficios sociales de los nacionalizados, sobre todo paro y seguridad social, al menos hasta que llegue el momento de jurar su fidelidad a la bandera y la Constitución.

Los primeros que llegarán a esa situación serán los hijos de inmigrantes que han crecido en Estados Unidos. Les seguirán los trabajadores en el sector agrícola y, finalmente, accederá el resto.

A la vez que se abre esta puerta, la reforma, si se aprueba, conlleva el endurecimiento de la vigilancia sobre la inmigración ilegal. Más policías y con mejores medios en la frontera reforzarán el muro de EEUU hacia el sur; el seguimiento de los visados temporales será más minucioso y los inmigrantes con antecedentes penales graves serán deportados. Y solo cuando Washington considere que la frontera es lo suficientemente impermeable, comenzará a dar papeles a los inmigrantes residentes. GARA

guantánamo

El Departamento de Estado de EEUU ha clausurado su oficina encargada de gestionar el cierre de la cárcel de Guantánamo y su enviado especial para esa labor, Daniel Fried, ha sido asignado a otras funciones, sin que se haya nombrado sustituto.

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