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Maite SOROA | msoroa@gara.net

Ahora le toca a Rajoy

Ayer la caverna mediática no se ponía de acuerdo en el tratamiento del asunto de los sobresueldos que han puesto en un aprieto al Gobierno español y al PP. Cuestión de simpatías.

«Abc» abría su edición de ayer con el desmentido de Cospedal, pero añadía que «deja dudas», por lo que en su editorial decía que el PP «debe tomar iniciativas urgentes».

También sus hermanos «El Diario Vasco» y «El Correo» veían mal el asunto para el PP, y titulaban en primera «Tormenta en el PP por las cuentas de Bárcenas» y, atención, «Terremoto», respectivamente, y compartían editorial, en el que bajo el título «Sin evasivas», pedían al PP «explicaciones más convincentes en lugar de amenazar a los medios de comunicación».

«El Mundo» arremetía contra Bárcenas, porque «se burla de la Justicia y pone al Gobierno contra las cuerdas», pero en su editorial decía lo siguiente: «Salvo que Bárcenas se haya inventado esos apuntes, lo cual no parece probable, el PP debería demostrar la legalidad del origen de esos fondos». Y tras afirmar que el asunto «es de una extraordinaria gravedad política», aunque para la mayoría de los políticos españoles hacer frente a la responsabilidad política debe de ser algo así como cenar poco, exigía al PP y al Gobierno «no sólo colaborar con la Justicia, sino además hacer un ejercicio de absoluta transparencia». Eso tampoco saben qué es.

«La Gaceta» no disimulaba que le tiene ganas a Rajoy y titulaba en primera: «La letra es de Bárcenas», según «expertos grafólogos» consultados por ese diario.

Sin embargo, tras leer «La Razón» se comprobaba que no es conveniente dejarse llevar por los infundios y recelos de quienes quieren mal a Rajoy. Este sentenciaba en portada: «Causa general contra el PP», y en su editorial, titulado «Insidias y corrupción», decía que las denuncias «deben sustentarse en hechos y no en los prejuicios ideológicos de cada cual». Lo que una pensaba, les tienen manía. Pero los motivos más convincentes para que no nos creamos nada los aportaba el director de ese diario, Francisco Marhuenda, quien aseguraba que pondría «la mano en el fuego por Mariano Rajoy en temas económicos» (¿en otros no?), y generosamente concedía que «se podrá estar o no de acuerdo con sus ideas políticas, pero es imposible que hubiera cobrado un euro en dinero negro». Y nos explica por qué: «porque trabajé seis años con él». Servidora, por si acaso, no lo recordaría.

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