El Frente De Salvación Nacional (FSN), principal coalición opositora, pidió ayer la dimisión inmediata del ministro del Interior por «las imágenes horribles y humillantes que muestran a oficiales de la seguridad central y policías arrastrando y golpeando salvajemente a un hombre completamente desnudo cerca del palacio presidencial».

El portavoz del FSN, Jaled Daud, afirmó que «el asunto no puede ser solventado con simples excusas». El ministro aseguró «estar dispuesto a dimitir inmediatamente si eso tranquiliza al pueblo».

El vídeo muestra a policías antidusturbios empujar, desnudar y arrastrar a un hombre antes de detenerlo. Según la fiscalía se trata de un trabajador de 50 años que llevaba cócteles molotov y bidones de gasolina, pero el ministro de Interior dio otra versión, afirmando que fue desnudado por agitadores y los policías intentaron llevarlo hasta el furgón, aunque reconoció abusos en la forma de hacerlo.

El presidente, Mohamed Morsi, denunció «actos de vandalismo» en las manifestaciones del viernes y añadió que el incidente grabado en vídeo fue «un hecho aislado».

Pero el FSN endureció su discurso y mostró su apoyo a que Morsi sea derrocado y procesado por los «crímenes de las fuerzas del orden». Tras una reunión de urgencia -después de una noche de enfrentamientos en la que se produjo otro muerto y decenas de heridos- dijo situarse «al lado de los llamamientos del pueblo egipcio a una caída del régimen de tiranía y de la hegemonía de los Hermanos Musulmanes». El FSN reclama además una investigación independiente de los crímenes de las fuerzas de seguridad en las manifestaciones, en las que han muerto casi 60 personas en la última semana, para que tanto el jefe del Estado como el ministro del Interior, Mohamed Ibrahim, sean procesados. Asimismo, llamó a continuar con las manifestaciones de protesta.

Hasta ahora las reivindicaciones del FSN eran la formación de un gobierno de unidad nacional y modificar la Constitución aprobada en diciembre

Aunque señaló que no abandona estas demandas ni su disposición al diálogo que parecía tomar forma, excluyó «discutir la cuestión del diálogo antes de que cese el derramamiento de sangre, de que los responsables rindan cuentas y las reivindicaciones sean satisfechas».

Aunque ayer la situación era de calma general, manifestantes lanzaron piedras contra el coche del primer ministro, Hicham Qandil, en Tharir.