Unas 2.500 personas con equipos de emergencia, ambulancias, excavadoras y palas mecánicas, perros, incluso con un vehículo antibombas continuaron moviendo escombros para hallar posibles víctimas en el edificio de Pemex donde una explosión dejó el jueves 33 muertos y 121 heridos. Las autoridades mexicanas no han descartado ninguna hipótesis sobre la explosión. «El Gobierno está determinado a encontrar la verdad de los hechos, sea cual sea. Si se trata de un accidente, si se trata de una imprudencia, si se trata de un atentado, sea lo que sea», afirmó el fiscal general, Jesús Murillo Karam.