Maite SOROA | msoroa@gara.net
Ya hay mayor acuerdo
Mariano Rajoy asomó la barba y fue suficiente para que algunos que dudaban y exigían explicaciones disipasen sus dudas y dirigiesen sus dardos al PSOE.
Por ejemplo, «Abc», que ayer entrevistaba a Javier Arenas, quien afirmaba que el documento que el domingo publicó ese diario, que «indica que no hay caja B», prueba «la claridad de las cuentas del PP» y que «A millones de españoles se nos ha venido a la memoria estos días el lenguaje del PSOE en el 11-M». Editorializaba el de Vocento sobre el asunto y lamentaba «Otra vez la conjunción de Rubalcaba con acosos a las sedes del PP en una situación crítica para España; otra vez el líder del PSOE pensando solo en sí mismo y nada en el país». Ya, España lo justifica todo, y no hay que dar ni explicaciones, ¿no? Por cierto, tras el 11-M el Gobierno español mintió descaradamente.
«La Razón», que ya desde el primer momento había salido en defensa de ese Gobierno y del PP, también denunciaba el «oportunismo de Rubalcaba» en su editorial, y aseguraba que el Gobierno «cuenta con el respaldo inequívoco de su mayoría parlamentaria».
«El Mundo» decía en la primera parte de su editorial: «El desmentido de Rajoy se diluye como azucarillo» y afirmaba que Rajoy «ha querido proteger a sus compañeros antes de empeñarse en la búsqueda de la verdad. No se querella contra Bárcenas porque no puede acusarle de sustraer un dinero cuya existencia no admite. El callejón sin salida en el que se encuentra estaría más despajado si admitiera que el PP recibió donaciones opacas», y titulaba la segunda parte: «... pero Rubalcaba debe limpiar sus propios establos». Lo que probablemente sea cierto, pero ello no debería ser óbice para dar explicaciones y para llevar a cabo una investigación.
Otro tanto hacía «Libertad Digital», que también editorializaba, titulando «La izquierda sin vergüenza», y concluía: «España necesita una izquierda menos siniestra. Una izquierda antagónica de un PSOE, una IU, unos sindicatos impresentables y en la línea en que se mueven partidos como UPyD y Ciudadanos. Una izquierda moderna, responsable, con sentido de Estado y capaz de predicar la integridad con el ejemplo». Por un momento, una creía que iba a coincidir con Federico y compañía, pero los ejemplos que utilizan dejan clara la enorme distancia entre su concepto de izquierda y el de servidora.