Dublín pide perdón a miles de víctimas de las «lavanderías de la Magdalena»
GARA |
El primer ministro irlandés, Enda Kenny, pidió ayer perdón en nombre del Gobierno a las alrededor de 10.000 mujeres que permanecieron detenidas y sufrieron abusos entre 1922 y 1996 en las llamadas «lavanderías de la Magdalena», unas instituciones públicas gestionadas por monjas católicas.
El dirigente democristiano pidió disculpas en el Parlamento coincidiendo con la publicación ayer de una investigación gubernamental desarrollada desde 2011 por el senador Martin McAleese para «determinar el grado de implicación del Estado» en estas instituciones.
En las citadas «lavanderías» se recluía a mujeres que sufrían problemas de diferente índole bajo un régimen de cuasi esclavitud, trabajos forzados y no remunerados y continuas humillaciones, según denuncian víctimas y familiares. Entre los motivos que llevaban a la reclusión de las mujeres, el documento enumera «rechazos de padres adoptivos», orfandad, «abusos familiares», «deficiencias físicas o síquicas», pobreza y «actitudes inmorales».
De acuerdo con el informe, la implicación del Estado irlandés «fue significativa», pues más de una cuarta parte de las mujeres internadas en las diez instituciones investigadas fue enviada allí a instancias de los diferentes gobiernos de la época.
El Estado actuaba de manera «directa» determinando «la orden de entrada» de las mujeres, efectuando «inspecciones de trabajo», «financiando o asistiendo económicamente», determinando la «orden de salida» y «registrando las defunciones», detalla el documento.
Kenny indicó que el informe confirma que, entre 1922 y 1996, 10.012 mujeres fueron recluidas en las «lavanderías», lejos, dijo, de la cifra de más de 30.000 que se ha venido manejando.
La organización Supervivientes de las Magdalenas Unidas rechazó sus disculpas y le exigió una «disculpa más adecuada y franca» y que reconozca el alto grado de responsabilidad «del Estado y de las órdenes religiosas». Su portavoz, Maureen Sullivan, recordó que las condiciones eran «duras e inhumanas», «peores» que en una prisión.
Su descripción es refrendada por McAleese, que los califica de «sitios de trabajo exigentes» desde el punto de vista «físico», «aterradores y solitarios».
Las cuatro órdenes religiosas que regentaban estas instituciones son las Hermanas de la Misericordia, las Hermanas de Nuestra Señora de la Caridad, las Hermanas de la Caridad y las Hermanas del Buen Pastor.
Algunas fueron citadas en el «Informe Ryan» de 2009, un texto que reveló que miles de menores fueron objeto de abusos sexuales y torturas físicas y síquicas en instituciones estatales regentadas por religiosos en Irlanda entre 1940 y los años 90.