La decisión de sancionar al médico urgentista Nicolas Bonnemaison, tomada por la cámara disciplinaria de la Orden de los Médicos de Aquitania, ha creado indignación dentro del colectivo.

240 galenos de Baiona, París, Toulousse y Mont-de-Marsan, entre los cuáles se encuentran quince profesores de universidad, dirigieron una carta abierta al Consejo Nacional de la Orden de los Médicos y a los ministros franceses de la Salud y de las Personas Mayores en la que piden la «suspensión inmediata» de la sanción pronunciada el pasado 24 de enero, y muestran su incomprensión ante la manera como se ha llevado el caso.

«Los miembros de la cámara nunca han tenido acceso a los expedientes medicos de los pacientes», deploran.