Hollande confirma que en marzo empezará a retirar a sus soldados de la guerra de Mali
François Hollande confirmó ayer que el contingente francés en Mali comenzará su retirada a partir de marzo. París reconoció que sus 4.000 soldados están librando allí una «verdadera guerra», rodeada, eso sí, de opacidad, y pidió a la ONU que despliegue una «fuerza de paz».
GARA | PARÍS
El presidente francés, François Hollande, confirmó ayer a sus ministros que en marzo se iniciará una reducción de las tropas francesas en Mali, conforme se sigan desplegando los militares de otros países africanos y avance el programa de instrucción del Ejército maliense.
«Si todo ocurre como está previsto (...) podremos empezar a disminuir las fuerzas francesas durante el mes de marzo», explicó la portavoz del Gobierno, Najat Vallaud Belkacem, al dar cuenta del pronunciamiento de Hollande sobre esa cuestión en el Consejo de Ministros.
Vallaud explicó que «a partir de marzo el número de tropas francesas debería disminuir» en paralelo «al aumento de las tropas de la AFISMA» (la misión africana), cuyo número debería pasar de los actuales 4.000 soldados a 7.000.
Reiteró que «Francia no va a quedarse de forma duradera en Mali», y de que deben ser los africanos y los malienses los que garanticen la integridad territorial y la soberanía.
El Estado francés tiene desplegados en Mali 4.000 soldados -cifra que no se elevará-, que, según indicó ayer el ministro francés de Defensa, Jean-Yves Le Drian, están librando una «verdadera guerra», al reconocer que se están dando «enfrentamientos» con los islamistas armados en las proximidades de Gao.
«Esto es una verdadera guerra contra los grupos terroristas», aseguró Le Drian, quien explicó que la Fuerza Aérea francesa está bombardeando los centros de entrenamiento de los yihadistas así como los lugares en los que se han replegado.
Fuentes del Ejército maliense indicaron a AFP que el dispositivo de seguridad en la región de Gao se ha fortalecido para luchar contra eventuales infiltraciones de combatientes islamistas. Sin embargo, sigue siendo la zona de Kidal la más sensible y objetivo de los bombardeos franceses.
El ministro Le Drian, que reconoció «relaciones funcionales con el (tuareg) MNLA» en la lucha contra los islamistas, también admitió que desde el inicio de la ofensiva francesa en Mali se han registrado «dos o tres heridos sin gravedad» entre sus filas, mientras que se han producido «pérdidas significativas» en el campo yihadista, aunque rechazó llevar una «contabilidad».
Esa falta de información y de imágenes, la restricción del acceso de periodistas a las zonas de conflicto por parte del Ejército maliense y la opacidad sobre daños colaterales que rodean esta guerra, como la muerte de civiles que ha quedado en un segundo plano frente al discurso victorioso militarista de París, parecen sugerir que se trata de un conflicto sin muertos. Sin embargo, Human Rights Watch denunció la muerte de civiles en los combates en Konna y la ONU se ha referido a «graves violaciones de derechos humanos».
El Estado francés pidió ayer al Consejo de Seguridad de la ONU que acelere los preparativos para el despliegue de una fuerza de mantenimiento de la paz en Mali ante el avance de sus tropas, pero afirmó que ese despliegue solo será posible si las circunstancias de seguridad lo permiten.
Los líderes del mundo islámico, incluidos los presidentes de Irán y Turquía, abrieron ayer en El Cairo la décimo segunda cumbre de la Organización de la Cooperación Islámica (OCI) dominada por las guerras de Mali y Siria. El presidente de Egipto, Mohamed Morsi, instó a las facciones de la oposición siria a unificar filas y coordinar esfuerzos, mientras que Salman bin Abdul Aziz, príncipe heredero saudí, denunció «crímenes atroces» de Damasco y exhortó a apoyar una «transferencia de poder» en Siria, que en agosto de 2012 fue suspendida de la OCI.
Morsi se reunió con sus homólogos de Irán, Mahmud Ahmadineyad, y Turquía, Abdullah Gul, para «estudiar mecanismos claros para el cese de la violencia y de la destrucción de la infraestructura de Siria». El ministro iraní de Exteriores, Ali Akbar Salehi, afirmó que «se está reduciendo la brecha de discrepancias que existía».
La guerra de Mali es otro de los ejes de la cumbre de la OCI, que respondió de forma rezagada a la intervención francesa. Egipto y Qatar están contra la opción militar.
Asimismo, se tratarán la colonización israelí de Palestina, la islamofobia, la suerte de las minorías musulmanes en el mundo y la cooperación económica interislámica. GARA
El programa europeo de instrucción del Ejército de Mali empezará el próximo día 12, indicó el ministro francés de Defensa, Jean-Yves Le Drian. «El objetivo es dotar a Mali de una fuerza armada equipada y responsable, capaz de participar en el restablecimiento del Estado de derecho», afirmó.