Gloria LATASA gloriameteo@hotmail.com
Colores que engañan
Cuando las nubes adquieren su mayor desarrollo vertical es cuando verdaderamente
se aproxima la llegada de la tormenta
Un tiempo meteorológico tormentoso acostumbra a decorar el cielo con colores que, a menudo, nos engañan. Nubes bajas, con sus bases grises y oscuras, nos hacen tener la sensación de que son la mayor amenaza. Nubes altas, con sus partes superiores blancas y bien iluminadas, nos hacen creer que no va a pasar nada. Y trozos de cielo azul que aparecen entre unas y otras nos llevan a pensar que el tiempo empieza a mostrar su mejor cara. Y, casi sin que nos demos cuenta, aparece la tormenta.
Tormentas que en invierno tienen su origen en la llegada de aire inestable, frío y húmedo, procedente del norte. Y que, mientras están en fase de crecimiento, nos pueden mostrar nubes de tipo cúmulo de diferentes tamaños, generadas en una única corriente de aire ascendente (invisible para los radares) responsable de su formación. En el proceso, podemos estar viendo las partes bajas de algunas de estas nubes, aún sin gran desarrollo vertical, que nos pueden parecer amenazantes.
Sin embargo, es cuando las nubes adquieren su mayor desarrollo vertical cuando verdaderamente se aproxima la llegada de la tormenta. Y lo hacen adquiriendo primero el aspecto de grandes coliflores blancas, encendidas a veces como un auténticos farolillos, cuando tenemos la suerte de verlas bien iluminadas por el sol. Una blancura engañosa porque éstas sí que son el preludio del empeoramiento del tiempo. En el momento en que «chocan» con el techo de la troposfera y se forman los cumulonimbos la tormenta esta en su fase de madurez. Ahora la corriente ascendente se compensa con otra descendente (visible ya en los radares) y comienza las precipitaciones.
La tormenta entra en fase de disipación cuando queda una única corriente de aire, la descendente (detectada también por los radares). Esta corriente transporta aire frío a las zonas bajas, donde puede generar fuertes vientos (que puede dar por finiquitada la situación) o dar lugar al nacimiento de una nueva tormenta. Entre tanto, pequeños trozos de cielo que asoman entre las nubes nos pueden confundir y hacernos pensar en una mejoría del tiempo.