«Han llegado los policías y nos han dicho que iban a retirar algunos de los carteles más grandes. Para cuando me he dado cuenta estábamos rodeados por 50 antidisturbios». Manuel Arboleda es uno de los tres miembros de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca que mantenía el campamento frente a la sede central de Bankia, en Madrid. Hasta la madrugada de ayer, cuando furgonetas de la Policía española tomaron posiciones en la plaza de Celenque y les expulsaron. No hubo detenidos pero pusieron fin a más de un centenar de jornadas a la intemperie que habían convertido las inmediaciones del gran banco rescatado en uno de los epicentros de la movilización en la capital del Estado español. Los afectados no van a quedarse parados. «Habrá más acciones, más protestas», promete Arboleda, rodeado por otros cinco compañeros. No parece casualidad que Interior haya incrementado la presión a menos de una semana de que el Congreso español vote la admisión a trámite de la Iniciativa Legislativa Popular que, con el aval de un millón de firmas, quiere poner fin al drama de los desahucios.

«¡La próxima acampada será con metralletas!», gritaba, ayer al mediodía, uno de los afectados. Frente a ellos, cuatro furgonetas de la Policía, varios miembros de la seguridad privada y antidisturbios bloqueando el paso a Bankia. Por la noche, Interior había enviado a los agentes a poner fin a la protesta. Se llevaron las mantas, las sillas, la comida e incluso parte de la documentación, uno de los bienes más preciados para quienes se enfrentan al desigual laberinto de los lanzamientos.

«Me siento estafado», se quejaba Arboleda, que llegó al Estado español procedente de Ecuador en 2000. Como otros muchos compatriotas, esperaba poder reunir a su familia y, con ese objetivo, compró un piso. Luego llegó la crisis, la letra pequeña de los bancos y una subasta que, por el momento, no se ha ejecutado ya que él también se ha querellado contra Bankia. «Aquí las autoridades solo defienden a los ricos. Para los pobres no queda nada», protestaba. Junto a él, otros afectados que preparaban sus enseres para readecuar la movilización.

Desde octubre

La acampada frente a Bankia nació el 22 de octubre bajo el sobrenombre de «Rodea Bankia». Inicialmente apostaron por quedarse ahí hasta que la entidad aceptase negociar medio centenar de casos reunidos en la PAH. Pero, posteriormente, se convirtieron en la denuncia permanente contra un banco que protagoniza la mitad de los más de 100 lanzamientos diarios que se registran en Madrid.

Muchas ocupaciones de sucursales o paralizaciones de desahucios se han lanzado desde ese campamento, que también ha logrado arrancar dos alquileres sociales. El desalojo, sin embargo, no les ha frenado. Ayer celebraron una asamblea y preparaban nuevas protestas.

Stop Desahucios Bizkaia convocó ayer una manifestación en Trapagaran en defensa de una familia con una hija tretrapléjica que va a ser desahuciada de su vivienda debido a que un familiar les exigió el pago de la deuda económica que mantienen con él, según explicó a GARA Marta Uriarte, portavoz de ese colectivo.