ENFRENTAMIENTO INTERNO EN UPN
Catalán avala a Barcina en el Gobierno mientras le planta cara en UPN
Dice querer que siga «muchos años» al frente del Ejecutivo a la vez que le acusa de romper el pacto interno. Barcina replica a sus afirmaciones
Martxelo DÍAZ | IRUÑEA
La batalla precongresual está abierta en UPN, pero tiene una excepción: el Gobierno, que ambos candidatos intentan blindar. Alberto Catalán trata de desligar su candidatura a la Presidencia de UPN de un adelanto electoral en Nafarroa, destacando que en el congreso que este partido celebrará el 17 de marzo en Iruñea se elegirá al presidente de la formación y no al del Gobierno, al tiempo que deseó que Yolanda Barcina siga al frente del Ejecutivo «muchísimos años más».
En cualquier caso, el paso dado por Catalán para disputar a Barcina el liderazgo de UPN supone un paso más en el paulatino y continuo proceso de pérdida de apoyos que tiene el Gobierno navarro. Tras la expulsión del PSN del Ejecutivo, perdió la mayoría parlamentaria. Su apuesta por aplicar a rajatabla los recortes antisociales impuestas por Madrid ha provocado una oleada de protestas en todo el herrialde. Y ahora, el paso dado por Catalán muestra un partido dividido. Por tanto, el futuro de Barcina como presidenta es cada vez más precario. Sin olvidar la investigación sobre la CAN que está lanzada.
Catalán compareció ayer ante los medios en el atrio del Parlamento -es el presidente de la Cámara- para volver a señalar que hasta el último momento intentó lograr un acuerdo con Barcina, pero que ha sido imposible, «porque no ha habido voluntad, pese a que he mostrado una gran generosidad».
«Los pactos están para cumplirlos y yo he cumplido mi palabra, como hacemos los navarros», proclamó Catalán, cargando en Barcina la responsabilidad de la ruptura y, de paso, subrayando su origen corellano frente al burgalés de la presidenta del Gobierno, un factor que no es anecdótico sino muy citado entre las bases.
Catalán volvió a incidir en que ha decidido dar el paso de presentarse a la Presidencia de UPN «por responsabilidad» y ante la constatación de que este partido había perdido contacto con su base de afiliados y con el conjunto de la sociedad navarra. Destacó además que este partido «es más necesario que nunca para Navarra debido a esa amenaza del nacionalismo, del independentismo, que quiere que esta comunidad desaparezca».
Catalán negó que su posición favorable a reeditar el secular pacto con el PSN para frenar las posibilidades de que se articule una alternativa progresista y abertzale en Nafarroa esté en el origen de su discrepancia con Barcina, a pesar de que esta defienda estrechar lazos con el PP.
Según informa «Diario de Navarra», el acuerdo alcanzado entre Barcina y Catalán, por el que la primera presidiría el partido y el segundo optaría a la vicepresidencia pero con más competencias, saltó por los aires al considerar Barcina que había cedido demasiado poder a Catalán. La que más preocupaba a la presidenta del Gobierno era la capacidad de elaborar las listas electorales, fundamentales a la hora de premiar a los distintos sectores del partido.
Siempre según este diario, el lunes Barcina recibió el acuerdo suscrito por Catalán y Amelia Salanueva y Carlos García Adanero, que ocuparían los cargos de secretaria general y vicepresidente segundo en el nuevo organigrama que establecía el pacto para elaborar la lista única para el Congreso.
Barcina únicamente debía firmarlo para que el acuerdo fuera firme. Sin embargo, Barcina habría tratado de renegociar el pacto, lo que colmó la paciencia de Catalán, que el miércoles por la tarde envió un mensaje de WhatsApp a los afiliados anunciándoles que se presentaba.
La firma de García Adanero en el documento que Barcina se negó a suscribir evidencia que la presidenta podría haber perdido uno de sus apoyos más firmes. El actual portavoz parlamentario y secretario general había manifestado su voluntad de abandonar la dirección de UPN, aunque finalmente aceptó ser designado vicepresidente segundo para contribuir a la formación de una lista única.
Barcina acudió ayer a la entrega de los Galardones Deportivos de Nafarroa 2012 y se mostró muy dolida por la decisión de Catalán. «Desde que tomó la decisión de presentarse he intentado ofrecer a los afiliados, porque pensaba que era lo que querían, una candidatura única. Y para ello he atendido a la mayoría de las peticiones y he estado esperando hablar con él. Él les ha anunciado que se ha presentado. Pues ustedes mismos», respondió Barcina a los periodistas cuando le preguntaron quién había roto el pacto.
El sucesor de Barcina en el Ayuntamiento de Iruñea, Enrique Maya, apostó por ella de cara al Congreso, «sin ninguna duda, porque es la mejor candidata para liderar UPN», y mostró su extrañeza por el paso dado por Catalán. Su toma de posición no constituye sorpresa alguna, al igual que ocurre con la de Amalia Salanueva. La ahora senadora y antes consejera del Gobierno de Sanz confirmó que concurrirá como secretaria general en la plancha que lidere Catalán.
Los grupos de la oposición en Lizarra (Bildu, PSN, NaBai e IU) aprobaron una moción en la que reclaman que se ponga en marcha una comisión de investigación sobre la CAN en el Parlamento.
El pasado 22 de noviembre, este diario fue el primero en adelantar que sectores de UPN estaban sondeando presentar una candidatura alternativa, y destacó el papel de «los corellanos» y a Alberto Catalán como opción más sólida. Posteriormente, el 15 de enero fue también el primero que puso en cuestión que el acuerdo interno logrado unos días antes fuera a tener recorrido, dada las altas tensiones que se habían producido en la reunión Barcina-Sanz. GARA
Los grupos de la oposición destacaron la debilidad en la que queda sumido el Gobierno navarro tras el anuncio de Alberto Catalán.
Juan José Lizarbe (PSN) destacó que las divergencias en el seno de UPN pueden distraerles de la acción de gobierno en tiempos de emergencia social. «Es cosa de ellos y que lo resuelvan ellos, pero que no les entretenga demasiado porque lo importante es que aquí hay más de 52.000 parados y eso es muy preocupante. No es tiempo de batallitas», indicó.
En nombre de la izquierda abertzale, Maitane Intxaurraga y Txelui Moreno destacaron la necesidad de una regeneración democrática en Nafarroa, tras considerar que el entramado institucional del Amejoramiento, caracterizado por la corrupción, ha fracasado.
«A los que están esperando qué es lo que sucede en el Congreso de UPN les queremos trasladar un mensaje. No es momento de esperar, sino de actuar. Tanto Catalán como Barcina defienden el mismo modelo económico que nos ha traído a esta situación. Lo que hace falta es cambiar el modelo», señalaron, recordando que el PSN ha pactado habitualmente con la derecha navarra para mantener el sistema del Amejoramiento.
Ante esta situación, llamaron a la ciudadanía a seguir con sus denuncias contra los recortes y la corrupción y emplazaron a los partidos políticos a «estar a la altura del momento político que vivimos y a no dar la espalda a las peticiones de unidad y cambio que demanda la sociedad navarra».
Txentxo Jiménez, portavoz de Aralar-NaBai, aseguró que el enfrentamiento entre Catalán y Barcina deja al Gobierno navarro «en desahucio y en una situación de debilidad extrema» y vaticinó que «tendrá consecuencias directas en la vida política, social y económica de Navarra».
El portavoz de I-E, José Miguel Nuin, afirmó, por su parte, que el Gobierno navarro «está en una situación de agonía política» y añadió que «está por ver si la presidenta Yolanda Barcina tiene la confianza política de su partido, UPN», por lo que pidió una convocatoria de elecciones anticipadas. M.D.