Lakua defenderá el sistema educativo de la CAV frente a las imposición del Gobierno español. Así lo anunció ayer la consejera de Educación y Cultura, Cristina Uriarte, que aprovechó su primera comparecencia en el Parlamento de Gasteiz para mostrar su rechazo al anteproyecto de Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (Lomce) propuesto por el ministro de Educación, José Ignacio Wert, a quien ha solicitado una moratoria sobre la nueva norma.

Uriarte, que presentó los objetivos de su departamento ante los parlamentarios presentes en las comisiones de Educación y Cultura, Euskera, Juventud y Deporte de la Cámara autonómica, señaló que el Ejecutivo de Iñigo Urkullu tratará de lograr la inclusión de una disposición en la Lomce para defender las competencias educativas de Lakua, que, en su opinión, deben ser respetadas.

Para lograr este respeto, la titular de Educación mostró su disposición a cerrar un acuerdo con los agentes implicados en el sistema educativo en torno a las «principales preocupaciones educativas comunes, en torno al desarrollo competencial educativo vasco y en torno a las bases de un marco legislativo educativo vasco».

A este respecto, la titular de Educación avanzó que, durante la presente legislatura, el Ejecutivo jeltzale desarrollará el currículo vasco «para todos los niveles educativos, y en todos sus aspectos formales y no formales. Un currículo que se valga del centro escolar como organización de gestión y toma de decisiones e integre como sus principales componentes la cultura vasca, la estrategia de las competencias educativas y la transmisión de una cultura artística y de una cultura científica y tecnológica de base».

No obstante, las bondades del currículo vasco pueden verse solapadas por los recortes anunciados desde Lehendakaritza. Según explicó, la caída en la recaudación, «que nos lleva a un ajuste presupuestario, obligará a redimensionar los gastos y a repensar las prioridades». «Sin embargo, quiero que una cosa quede clara. Tomaré las decisiones que sean necesarias para garantizar la calidad del servicio de la educación obligatoria, el derecho individual y universal a la educación», matizó.

Los tijeretazos también repercutirán sobre el área de Cultura, ya que Lakua prevé reducir su aportación al Guggenheim, al Festival Internacional de Cine de Donostia, a Tabakalera, al Museo de Bellas Artes, al Artium, a la Catedral de Santa María y a la ABAO, así como a los diferentes festivales escénicos y musicales celebrados en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa. «La aportación económica se vera reducida, seguramente, en la medida en que los recursos públicos se han reducido», destacó Uriarte.

Desarrollo del euskara

En cuanto a la política lingüística diseñada por el PNV, la consejera subrayó que el Gobierno autonómico trabajará para conseguir un bilingüismo real entre el euskara y el castellano, y para lograr que los derechos lingüísticos de todos los ciudadanos sean respetados. En este sentido, afirmó que Lakua tomará medidas destinadas a salvaguardar los derechos lingüísticos de los consumidores euskaldunes.

Además, Uriarte, que recordó que la política lingüística es de carácter «transversal» para el Ejecutivo de Gasteiz, avanzó que el Gabinete al que pertenece tiene intención de crear una oficina de euskara en los diferentes departamentos para fomentar el uso del idioma en el seno del Gobierno.

En el ámbito social, citó tres «factores clave» en el desarrollo del euskara: una protección legal adecuada, una política activa y efectiva, y la adhesión de la ciudadanía. Tres factores que deberán ir acompañados de un acuerdo social y político en el Pleno de la Cámara autonómica.

Algo difícil viendo lo ocurrido ayer, cuanto todos los grupos mostraron sus discrepancias con las propuestas de Lakua. Desde EH Bildu, Estitxu Breñas recordó que el euskara no es una lengua normalizada y pidió al Gobierno que escuche la opinión de los agentes euskaltzales.

Por su parte, Isabel Celaá (PSE) y Gorka Maneiro (UPyD) criticaron los recortes previstos por la consejera, de los que no se dieron más detalles. Iñaki Oyarzábal defendió la Lomce y criticó las propuestas lingüísticas.