El exciclista alemán Jörg Jaksche, que testificó ayer en la octava jornada del juicio de la Operación Puerto, aseguró que tiene «serias dudas sobre la voluntad de la justicia española de ir hasta el final de este caso» y consideró que «el deporte español tiene mucho que esconder».

El germano responsabilizó del dopaje en el ciclismo a los gestores de los equipos. «Las mismas personas que nos empujan a doparnos son las que luego apuntan el dedo hacia ti para quedar limpios, para quedar bien frente a todo el mundo. Tienen la gran ventaja de que no pueden ser sometidos a controles y dar positivo», señaló.

Asimismo, el excorredor del ONCE y el Liberty admitió que «tener un hematocrito alto y también doparse era parte del ciclismo. Si me preguntan si me obligaron a hacerlo, no me obligó nadie, pero eran las expectativas que había, por eso cobraba, por eso llegué a Fuentes a través de (el exdirector deportivo) Manolo Saiz».

También afirmó que el tratamiento de transfusiones sanguíneas al que se sometió con Eufemiano Fuentes -el médico cambió ayer de abogado por discrepancias sobre la línea de defensa en mitad de la vista oral- «trataba de eludir la normativa vigente, no de cuidar la salud», y que desde mediados de 2005 fue él y no su equipo quien asumió el coste del mismo (4.000 euros por una bolsa y 6.000 euros por dos).

Basso: «Quería ser el mejor»

Por su parte, El corredor italiano Ivan Basso, que cumplió una sanción de dos años, aseguró ayer que entró en contacto con Fuentes porque «desde niño quería ser el mejor corredor del mundo».

Por otro lado, la magistrada que preside el juicio ha rechazado la petición del ciclista Alberto Contador de declarar por videoconferencia, por lo que el día 22 de este mes tendrá que acudir al Juzgado para testificar.