El yihadismo contra el régimen tiene su vertiente sira: Ahrar al-Cham
Los yihadistas internacionalistas del Frente al-Nosra ocupan el centro de la escena islamista rebelde en Siria. Pero otro grupo de la misma nebulosa, igualmente rigorista pero con acentos nacionalistas, Ahrar al-Cham, es también activo en la líneas del frente del norte del país.
Hervé BAR (AFP) | ATME
Nacida a finales de 2011 de la agregación de una treintena de unidades rebeldes, la organización Ahrar al-Cham (Los Hombres Libres de Siria), está particularmente implantada en las provincias de Idleb, Alepo y Hama (norte-oeste).
Marginada durante un tiempo por la fulgurante ascensión del Frente al-Nosra, Ahrar al-Cham ha repuntado en los últimos meses por su combatitividad en los campos de batalla de Idleb. La organización ha jugado asimismo un papel clave en el reciente avance en torno a la localidad de Jisr al-Chugur. Está en primera línea en las operaciones militares alrededor de la ciudad de Idleb y, más al sur, en Maaret al-Noomane.
Fuentes rebeldes aseguran que este creciente protagonismo, acompañado por una intensa propaganda en internet, es consecuencia de la llegada de fondos de los países del Golfo.
A finales de diciembre, Ahrar al-Cham anunció la creación de un frente islámico sirio que reúne a una decena de organizaciones. A finales de enero, otros grupos se sumaron a la iniciativa, lo que conllevó a la creación de Harakat Ahrar al-Cham al-Islamiya (Movimiento Islámico de los Hombres Libres de Siria).
Legitimidad popular
Sobre el terreno, sus hombres no se distinguen del resto de milicias yihadistas. Larga barba, turbante negro, banderas que hacen profesión de fe del profeta. Pero se identifican por su bandera blanca con el dibujo del águila alada, visible en sus check-points y sus bases.
Su fuerte es su enraizamiento en las poblaciones rebeldes. A diferencia de Al-Nosra, que guarda distancias con la población, esta organización cuenta con legitimidad popular. Parecen bien estructurados aunque no se conoce a sus jefes. Un tal Abu Anas (seudónimo) es el comandante en el norte del país. «Los fundadores del movimientos son expresos políticos de la tristemente célebre cárcel de Saydnaya, cerca de Damasco», relata una fuente próxima. «Todos fueron liberados en la amnistía de mayo de 2011».
Dejado fuera del Consejo Militar Supremo rebelde por la oposición en el exilio, recurre a atentados, pero nunca suicidas. Ideológicamente, apuesta por un estado islámico basado en la sharia pero promete el respeto a la minoría cristiana. Pero se mantiene calculadamente ambigüo sobre la minoría alauíta.
Se trata, en fin, de un grupo que rompe con las categorías habituales entre grupos nacionalistas y yihadistas.
Qatar, uno de los puntales de la oposición al régimen de Bashar al-Assad, ha confiado la embajada siria en Doha a los rebeldes. El cargo será asumido por el opositor Nizar al-Haraki y ondeará la bandera rebelde siria.