Activistas tibetanos en el exilio conmemoraron ayer el centenario de la independencia del Tíbet, una celebración que China tachó de «farsa» y que se produjo en medio de una fuerte campaña china contra los actos de protesta de la población tibetana.

La fecha a la que los tibetanos atribuyen su independencia de China, supuestamente firmada por el XIII Dalai Lama pero que quedó sin efecto cuando tropas chinas invadieron el país a principios de la década de los 50, es el 13 de febrero de 1913, cuando los tibetanos expulsaron del Tíbet a las tropas de la dinastía Qing.

«Cada país tiene un día nacional o de independencia, sin importar su estatus político, por lo que Tíbet no es una excepción», apuntó la organización Estudiantes por un Tíbet Libre en un comunicado publicado por Radio Free Asia.

El Gobierno chino calificó la celebración de «mito y fabricación». «Ese espectáculo es solo una farsa», dijo.

La conmemoración coincidió ayer con un último intento de inmolación, el primero ocurrido en Nepal, que elevó a cien el número de tibetanos que se han quemado a lo bonzo desde 2009 en protesta por la ocupación china, la mayoría en el Tíbet o en China.

Pekín realiza desde diciembre una dura campaña contra los actos de protesta de la población tibetana, que ha dejado casi 80 detenidos sospechosos de «incitar a la inmolación» en lo que va de año, que pueden ser acusados de «asesinato».

Aunque el exilio tibetano se desvincula de las inmolaciones exige a Pekín que atienda a sus reivindicaciones, que giran principalmente en torno a una mayor autonomía, y frenar así estas acciones de protesta.