Decisión inteligente, contribución a la paz
El proceso previo a la creación de la Ponencia de Paz y Convivencia aprobada ayer en el Parlamento de Gasteiz ha estado cargado de palabras utilizadas como dardos contra el enemigo, de púlpitos y trincheras desde donde predicar una supuesta superioridad moral. Y en un tema de tanta trascendencia para el país, la ausencia de una conversación franca y adulta entre líderes políticos, observar cómo quienes están para ayudar a solucionar problemas corren el riesgo de ser percibidos como un problema, debería ser un motivo de honda preocupación.
PNV, EH Bildu y PSE acordaron una frase -«se creará la Ponencia de Paz y Convivencia en el plazo de un mes»- muy clara y concreta, con enormes posibilidades de desarrollo. Finalmente, echando mano del discurso de la exigencia a EH Bildu, del manido recurso retórico de la insuficiencia de los pasos ajenos y la imperturbable soberbia para glorificar los propios, PNV y PSE la han cambiado. Seguramente para propiciar que EH Bildu rechazase la Ponencia, a imagen y semejanza de lo hecho por PP y UPyD. No le faltaban razones a los abertzales de izquierda, ni de fondo ni de forma, para negarse a participar. Pero dando muestras de inteligencia táctica y de instinto político para sintonizar con las preocupaciones y los deseos de la ciudadanía, con su abstención y el anuncio de su participación en la Ponencia, EH Bildu ha hecho una gran contribución para la convivencia, para construir el suelo común y diseñar el desarrollo colectivo para la paz que tanto merece este país.
Sentirse siempre incómodo en el inmovilismo y tener el convencimiento y la ambición de escuchar y empatizar con testimonios nunca antes atendidos es fundamental. La participación en la Ponencia lo posibilita. Permite también aportar testimonios sentidos como propios y ayudar así a un trabajo de enfoque amplio, a un debate sosegado y responsable. Nuevas iniciativas e impulsos sociales acompañarán esta tarea. Que una mano tome la otra y que todas se pongan a la obra.