La Comisión Europea presentó ayer su propuesta final sobre la tasa a las transacciones financieras que aplicarán once estados europeos y que pretende recaudar entre 30.000 y 35.000 millones de euros al año, según los cálculos de Bruselas.

El plan del Ejecutivo comunitario introduce más salvaguardas para evitar que las transacciones se deslocalicen a países que no aplican la tasa, como Gran Bretaña, y frenar la evasión del impuesto.

El objetivo de esta tasa es frenar la especulación y hacer que la banca asuma parte de los costes de la crisis, aunque el veto de Gran Bretaña hizo imposible un acuerdo a 27.

«Sobre la mesa tenemos un impuesto indiscutiblemente equitativo y técnicamente sólido, que reforzará nuestro mercado único y moderará el comportamiento irresponsable de algunos operadores del mercado», dijo el comisario de Fiscalidad, Algirdas Semeta.

El comisario aseguró que su propuesta es plenamente compatible con la legislación internacional y respeta el principio de territorialidad.

La tasa entraría en vigor el 1 de enero de 2014 en los estados francés y español, Alemania, Bélgica, Austria, Eslovenia, Portugal, Grecia, Eslovaquia, Italia y Estonia.