Una vez más regresamos a la cuna del que fuera gran bertsolari Agustín Pierre Topet «Etxaun» en el recóndito pueblo de Barkoxe, para recorrer otra de la montañas que se convirtieron en su musa y letra de una de sus poesías más cantadas. Nacido en 1786 en esta pequeña localidad que roza los límites de Biarno, falleció tras una tumultuosa vida en 1862. Tras ser acusado de un crimen pasional, fue encarcelado y desterrado. Viajó para expiar sus culpas a Roma y Santiago de Compostela, y se instaló finalmente en Donibane Garazi como pastor antes de regresar a su tierra natal. No pudo ver publicados sus versos en vida, porque su familia quemó los cuadernos donde los había escrito por despecho o ignorancia, pero gracias a la tradición oral ha permanecido en la memoria popular hasta hoy.

De esta época pervive una de sus melodías, en la que canta el paisaje de postal que rodea Barkoxe, perdido en los confines orientales de Euskal Herria: «Izan nükü Erroman, Ian naiz Barkhoxen» o la dedicada a «Ahargo eta Kanbillü», clásicas en el cancionero vasco.

Sobre Barkoxe y Ahargo fue publicado en Mendia su recorrido tras una primera visita. Pero faltaba la Kanbillü, la otra montaña dedicada en la misma canción. Desde Ahargo su cumbre en forma de proa al final de una larga loma alimentaba intriga y un magnífico paisaje sobre las montañas más altas del Pirineo Vasco. Un auténtico balcón situado en un picudo cono truncado con vistas abiertas en todas direcciones.

El itinerario arranca del aparcamiento situado bajo la parte oriental de Barkoxe, en el punto donde la carretera se desdobla en dos ramales, a la izquierda lleva a Hospitale-Pia y St.-Goin y a la derecha a Oloron por Eskiula (D24). Entre ambos inicios, además del aparcamiento se encuentra un área de recreo y un puente antiguo de un solo arco roto, al que se ha añadido una pasarela. Los siguientes pasos discurren por este carretil (D24), cercanos al naciente río Joos, afluente del Gave de Oloron.

Entre campos de cultivo y praderas dejaremos al paso a la derecha los caseríos Abadia y Itxalgarai hasta, una vez sobrepasado el mojón km 15, abandonar la carretera por una pista situada a la derecha.

Alcanzada una fornida borda se inicia una prolongada subida entre prados donde la pista describe varios contorneos para aminorar la pendiente hasta alcanzar el caserío Arphidegi en una cerrada curva. Manzanos y viñedos de parras altas entornan este solitario caserío.

Poco después, al entrar en contacto con el bosque, la pendiente se suaviza en la zona donde quedan algunas abandonadas palomeras. Pronto iremos girando hacia el lomo, dominando la vertiente bearnesa donde se encuentra Eskiula. Más adelante, en el momento que se abandona el bosque, daremos con el caserío rehabilitado Ilharregikoborda, donde finaliza el asfalto. Sin llegar al edificio el itinerario continúa por la derecha hasta situarnos en pleno lomo del cordal de Kanbillü, donde la vista se amplia de improviso. Un sinfín de valles y cordales se irán extendiendo alrededor del cordal como antesala de lo que veremos más arriba. Una vez ante un edificio recién construido, sobre los cimientos de Tiresborda, donde finaliza la pista.

Ahí, un portillo da acceso a un amplio camino cercado de muros hasta otra borda en ruinas, asentada en un rellano, donde nos situamos bajo la cota 602 m. que alcanzaremos tras subir por fuerte pendiente herbosa hasta la plana cumbre, coronada por dos pequeñas torretas de comunicación. La vista se magnifica en todas las direcciones, desde donde veremos al frente, ya cercana, la cumbre de Kanbillü.

Antes debermos salvar una amplia depresión que nos separa de la cumbre principal, bajando a una terraza herbosa por la izquierda, sin senda definida, para pasar un bosque de arbolado autóctono. En este collado (522 m.) daremos con una pista proveniente de Eskiula que lleva por las dos vertiente a los caseríos Gohietxe y Garrat.

A la altura de un edificio la excursión sigue por un camino/senda para retomar altura hasta desembocar en un rellano herboso situado bajo la cúpula cimera. Poco después, tras subir una empinada pendiente cercanos a un pinar, estaremos en la cumbre (660 m.).

Desde Kabillú veremos definitivamente un paisaje esplendoroso, una panorámica en círculo que va desde los Pirineos de Bigorre y Aspe hasta su entronque con el Pirineo Vasco, con su máximo exponente, el macizo de Larra, presidido por el picudo Auñamendi. Le siguen las cumbres de Lakora, Kartxela, Txardeka, Ori, las montañas de Irati e Ibañeta hasta la barrera de Iparla y el macizo de Baigura.

Desde los boscosos montes de Izarbe veremos una sucesión de cordales hasta perderse en un suave relieve en el horizonte norteño en las llanas Landas que entornan el Aturri. El regreso a Barkoxe lo haremos desandando el mismo itinerario.