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Jose Mari Esparza Zabalegi | Editor

Navarra fuera de onda

 

En los primeros años de la transición participé en Italia en un programa de Radio Milán, la de más audiencia en la ciudad. Era una radio libre, de izquierdas, con debates abiertos sobre los temas más candentes. Había centenares de radios similares, compitiendo con los grandes monopolios estatales. Recuerdo que entonces creí que eso ocurriría en la democracia española: el aire era un bien de todos, comunal, y con las libertades, cualquiera podría emitir sin molestar al vecino. La calidad, la audiencia y el mercado (de eso se trata en el capitalismo ¿no?) regularían el medio y cada uno podría sintonizar la emisora que quisiere en santa libertad. Habíamos crecido en el franquismo, cuando Radio Zaragoza y Radio Calahorra eran las emisoras más instaladas en Navarra; con la autonomía, podríamos repartir las ondas navarras como se reparte la tierra comunal, en lotes equitativos. ¡Qué ingenuos éramos!

Como pródromo histórico, recordemos cómo la primera radio en Navarra se hizo en Tudela y tuvo nombre vasco: Radio Muskaria. Comenzó a emitir en 1933 y a los cuatro días fue cerrada. Conseguidos los permisos, emitió hasta la guerra de 1936, siendo suprimida definitivamente. Luego, 40 años de idiocia, escuchando el «parte» nacional de España. No se cerraban radios porque no se abrían. Con la nueva Constitución, la gente se creyó en democracia y comenzaron a abrirse emisoras que fueron cerradas por la Guardia Civil, incluidas las parroquiales. Recordemos Radio Paraíso de Pamplona, clausurada tras hacerse eco de la muerte por torturas de Joseba Arregi. Desapareció Sorguiña Irratia en euskera; Club Radio Iruña; Ortzadar; Bihar; Radio Queen; Radio Iris; y Radio Pita, todas en Pamplona; Zaborra en Alsasua; Radio Eltxo y Tafalla Irratia en Tafalla, etc. Eguzki Irratia sufrió continuos cierres. El democrático reparto del dial navarro fue para las empresas de Madrid y para comprobar el grado de colonialismo mediático al que nos han sometido, basta que ponga la radio del coche y se pasee por Navarra: RNE, Ser, Cope, Onda Cero, Radio María... Muchas emitiendo de forma ilegal. Lo que ocurre con Euskalerria Irratia, EITB o las radios locales demuestra que a todos los navarros nos tratan como a tontos, como a siervos colonizados. Estos 30 últimos años UPN y PSOE han entregado a Madrid todo el espacio radiofónico. Y con este alargamiento del franquismo ya van dos generaciones que van a morirse sin haber conocido, no ya Radio Milán, sino algo que se parezca a la democracia mediática. Navarra está fuera de onda.

Esta situación humillante se podría haber paliado con el concurso de 42 nuevas licencias, que se anunció en su día, para más cachondeo, con el dizque propósito de impulsar la «radio de cercanía» y «garantizar la pluralidad ideológica». En este tiempo de corrupción obscena sabíamos de antemano cuál iba a ser el resultado, pero no por estar acostumbrados dejan de indignar los nuevos escupitajos a la ética y a la estética. En una democracia seria, los responsables del Gobierno de Navarra y los serviles «técnicos» que han amañado el concurso serían juzgados por corruptos. En una Navarra libre, serían desterrados. Eso es el navarrismo de nuestra era: el burro de Troya del centralismo.

Cope, Ser, Kiss y Onda Cero siguen acumulando licencias y por si fuera poca la derechización y españolización de nuestras ondas, ahora se incorporan Radio María, EsRadio o Intereconomía, de las cloacas del neofascismo. De las 42 nuevas licencias concedidas, 26 son castellanas, y además en las plazas más codiciadas, solo 16 licencias han sido para empresas navarras y la gran mayoría en las zonas menos pobladas, en los guetos montañeses dejados por perdidos para las empresas estatales. Euskalerria Irratia, 25 años emitiendo, seguirá ilegal. En Tafalla, las cinco licencias tienen su sede en Madrid. El único proyecto local, liderado por un medio de comunicación (La Voz de la Merindad) con 85 años, trabajadores, base social, locales y red comercial asentada ha sido orillado a favor de Intereconomía. «Radio de cercanía» decían; «pluralidad»... cantinelas de mafiosos, juegos de trileros, que algún día aparecerán en las denuncias de Kontuz!

La colonia queda así bien amarrada: de las 61 licencias existentes, las 43 mejor situadas, el 71%, son ajenas a Navarra. Las otras 18, son navarras, y de estas no faltan las que están en manos de la derecha. Un panorama desolador que empeora mucho más si nos fijamos en el campo de las televisiones. La brutal reacción al poste repetidor colocado por EA para captar la señar de ETB en Na- varra es un nuevo latigazo del colonizador, un sinsentido más en la era de la comunicación. Pero también es un acicate más para echar de las instituciones navarras, a escobazos si es posible, a tanto sinvergüenza. El aire de Navarra es de los navarros. No tenemos por qué ir a Milán a escuchar una radio decente.

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